viernes, 24 diciembre 2010 20:15
Mi amada hija, gracias por responder a Mi llamado. Es con alegría que me comunico contigo, en esta celebración especial de Mi Nacimiento. El amor que llena Mi Corazón, por la fe y devoción mostrada por todos Mis hijos, es muy precioso.
Este es el momento para que Mis hijos, en todas partes, reflexionen sobre Mi vida en la Tierra. Es el momento para que consideren las implicaciones que Mi nacimiento representa, para toda la humanidad. Es a causa de Mi nacimiento que el hombre buscará la salvación. Es por el Amor de Mi Padre Eterno, por todos Sus hijos, que El hizo el Sacrificio supremo. Que El tuvo que ver a un bebe nacer, verlo crecer como un niño, hasta la edad adulta, muestra claramente Su Amor y determinación para salvar a todos Sus hijos. Él ama a todos Sus hijos, tanto, que Él me pidió que viviera la vida como un ser humano, aún sabiendo que yo sería humillado y ridiculizado, Él permitió que esto sucediera.
Mi Nacimiento es una Señal para todos de que Dios el Padre Eterno, amó tanto a Sus hijos, que hizo un gran Sacrificio. Al permitirme venir a la Tierra, para vivir entre todos ustedes, Él mostró Su Compasión y deseo de salvarlos, al permitir Mi muerte. Si Él no Me hubiera enviado, el hombre no podría salvarse. Sin embargo, aquellos que Me rechazaron todavía están inseguros en cuanto a la Verdad de las promesas hechas por Dios el Padre Eterno. Todavía hay mucha confusión.
Todo lo que importa, ahora, es que la humanidad comprenda las promesas y la realidad del Nuevo Cielo y Tierra, que ha sido designado a todos los hijos de Dios. Este es el Regalo más grande de todos y es el Regalo que todos ustedes estaban destinados a compartir con Él, hasta que Satanás lo destruyó todo tentando a Eva.
La gente de hoy ve las Enseñanzas del Antiguo y Nuevo Testamento, en muchos sentidos, como viejas fábulas. Muchos todavía no comprenden que las Enseñanzas, contenidas en estas Escrituras, fueron y siguen siendo auténticas. Debido a que en muchos casos se hace referencia a sucesos que tuvieron lugar en el reino espiritual, a la gente le resulta difícil creer que pudieran haber ocurrido. Han llegado a esta conclusión porque están evaluando el contenido a través del pensamiento lógico, basado en lo que sucede en la Tierra. Pero se equivocan.
Mi venida a la Tierra fue orquestada, como una última oportunidad para despertar al mundo, para que todos se dieran cuenta de que Dios todo lo perdona. Mi papel era mostraros, a través de Mis Enseñanzas y muerte en la Cruz, el camino al Cielo.
Recordad entonces, en Navidad, que Mi nacimiento fue para ayudaros a empezar a reevaluar vuestra creencia en el Cielo, del que todos tenéis derecho a formar parte. Recordando Mi Vida, ahora podéis uniros a Mí en el Reino de Mi Padre, si abrís vuestros corazones y me pedís que os abrace una vez más.
Tu Divino Salvador y Justo Juez
Jesucristo
sábado, 24 diciembre 2011 18:00
Hija Mía, así como envié un Salvador al mundo la primera vez para salvar a la humanidad, ahora Estoy dispuesto a enviar a Mi Hijo, Jesús, el Redentor de la humanidad, una vez más, para salvar a aquellas almas que no pudieron ser salvadas de otra manera.
Mis hijos deben comprender el significado del agridulce Sacrificio que hice por la humanidad cuando envié a Mi Hijo la primera vez.
Cuando comprendí que la única manera de redimir a la humanidad era enviar un Salvador, supe que no podía esperar que ningún profeta o alma elegida sufriera tal Sacrificio. Decidí, a través de la Segunda Persona de Mi Divinidad, que enviaría a un Hijo para salvar a la humanidad. Esta era la única manera eficaz de frustrar los planes de Satanás, tal era Mi Amor por Mis hijos.
Ver a Mi Hijo crecer para convertirse en un hombre fue a la vez delicioso y doloroso sabiendo lo que le esperaba. Sin embargo, debido al profundo y tierno Amor que tengo por cada uno de Mis hijos, este fue un Sacrificio soportado voluntariamente para salvar a Mi familia.
Ahora que La Advertencia se acerca, Yo también Estoy preparando al Mundo, a través de estos Santos Mensajes, para dar la bienvenida a Mi Hijo por Segunda Vez.
La Segunda Venida de Mi amado Hijo está cerca, hijos. Él está siendo enviado a reclamar Su Trono legítimo cuando Él Reine como Rey de la Humanidad.
Este Glorioso Evento será espectacular y es la parte final del plan para salvar a la raza humana del mal que existe en vuestro mundo. Satanás será expulsado en breve. Sus seguidores y aquellos malvados de corazón estarán conmocionados y consternados. Se esperará de ellos que tomen una decisión en ese momento. Dejarse caer y suplicar Misericordia y ser salvados. O rechazar el gran Regalo, que les será presentado.
Hijos míos, uníos todos y no temáis el ridículo. Todos ustedes están siendo guiados por el Espíritu Santo y están recibiendo la protección de los ángeles y santos en el Cielo. Dependerá de vosotros, Mis seguidores, proclamar la Palabra y la promesa de Mi Hijo, Quien desea que estos Mensajes sean difundidos por todo el mundo.
Será también a través de tus oraciones que los pecadores perdidos podrán ser arrancados de los brazos del maligno.
Hijos, ustedes están en las primeras etapas de la batalla final. Su segunda oportunidad de salvación eterna les está siendo dada a través de la Misericordia de Mi amado Hijo. No desperdiciéis esta oportunidad. Uníos como uno en unión con vuestra familia en el Cielo para salvar a vuestros hermanos y hermanas en la Tierra.
Alégrate esta Navidad, porque será una celebración especial ya que ahora debes ayudar a las almas a prepararse para La Segunda Venida de Mi Hijo, después de que tenga lugar La Advertencia.
Os quiero a todos, niños. Tomad mi Amor. Abrazaos a Mí, vuestro Padre Eterno, que haré todo lo posible para llevaros a todos a la Nueva Era de Paz.
Dios Padre
lunes, 24 diciembre 2012 18:00
Hija mía, el día que traje al mundo un Salvador, cambió el destino de la humanidad.
A este pequeño niño lo amé con pasión como a cualquier otra madre. Pero hubo una gracia extra que me dio Mi Padre. Era la gracia de la protección. Yo protegí a mi Hijo, desde el principio, de una manera diferente. Sabía que Él era el Mesías prometido y, por tanto, se me había dado una responsabilidad muy especial, aunque no tenía ni idea de la magnitud que esta responsabilidad conllevaría.
No se me dio a entender, desde el principio, que mi Hijo, el Salvador, enviado por Dios para salvar a la raza humana de las llamas del Infierno, sería asesinado. Esta parte de mi misión fue un shock terrible y mi dolor es indescriptible.
Sufrí a través de mi Hijo, en Él y con Él. Incluso hoy, siento Su dolor y tristeza por la incredulidad de la Existencia de mi Hijo en el mundo actual. Como Madre de la Salvación, mi responsabilidad es ayudar a mi Hijo en Su plan de salvar almas.
Este es el tiempo del diluvio; este tiempo para el cambio rápido y repentino. A medida que estallen las guerras, y una gran guerra surja de las cenizas, el Plan de Dios aumentará su ritmo para despertar Su Presencia entre todas las naciones y todas las razas.
Hija mía, te ruego que reces el Santísimo Rosario mientras yo lloro hoy. Mis lágrimas, que acabas de ver, son por las almas que no reconocen a mi Hijo. Son aquellos cristianos que dicen que aceptan a Jesucristo, como Salvador, y que le insultan, no rezándole, los que más le entristecen.
La propagación del ateísmo es como una terrible epidemia que barre la tierra. Dios no ha sido olvidado, en cambio, Su Existencia está siendo deliberadamente ignorada. Sus leyes prohibidas en sus países. Sus Iglesias no son honradas. Sus siervos sagrados demasiado tímidos y sin el valor suficiente para proclamar Su Santa Palabra.
La tierra cambiará ahora tanto físicamente como en espíritu. La limpieza ha comenzado. La batalla se librará entre los que siguen al maligno y la Iglesia Remanente de Dios.
Los fieles a mi Hijo deben invocarme siempre a mí, vuestra amada Madre de la Salvación, para que os consagre a mi amado Hijo, a fin de concederos las gracias que tanto necesitáis. Debes prepararte como soldado de Jesucristo. Tu armadura debe hacerse más fuerte, porque tu papel es el de cruzado y tendrás que marchar contra grandes crueldades e injusticias.
Id en paz, niños, y manteneos en oración diaria mientras comienzan los cambios, para que pueda lograrse la salvación de la humanidad.
Todo se hará según la Santa Voluntad de mi Padre, a través de su único Hijo, Jesucristo. A vosotros, hijos míos, que pedís mi ayuda, se os concederá una gran protección para vuestras naciones.
Tu querida Madre
Madre de la Salvación