miércoles, 14 diciembre 2011 19:15
Mi queridísima hija, debes confiar siempre en Mí y saber que ni un solo Mensaje que te sea dado será jamás contaminado.
Estás firmemente sostenida en Mi Sacratísimo Corazón y tu mano está siendo guiada por Mi Mano.
Sólo Mi Santa Palabra puede y siempre será escrita por ti para impartir Mis Mensajes para toda la humanidad.
No debes seguir tratando de establecer la fecha para El Aviso. Yo no puedo revelar esta fecha, porque eso no está de acuerdo con la Voluntad de Mi Padre Eterno. El Aviso ocurrirá de la manera más inesperada y cuando el hombre sea cogido desprevenido.
El tiempo es muy corto, así que dedica todo el tiempo posible a rezar con ahínco para salvar almas. Todas las almas.
El castigo ha sido retenido y solo ocurrirá si el hombre no se arrepiente y regresa en gran número a sus malos caminos después de La Advertencia.
Mi Padre ha dado permiso para anunciar Mi Segunda Venida dentro de un período muy corto de tiempo en la Tierra. Ocurrirá poco después de La Advertencia. Todas las almas necesitan estar completamente preparadas.
La próxima Cruzada de Oración para salvar almas es la siguiente:
Oh Padre Todopoderoso, Dios Altísimo,
por favor ten Misericordia de todos los pecadores. Abre sus corazones para que acepten la salvación y reciban abundancia de gracias. Escucha mis súplicas por mi propia familia y asegúrate de que cada uno encuentre favor en Tu amoroso Corazón.
Oh divino Padre celestial, protege a todos Tus hijos en la Tierra de cualquier guerra nuclear u otros actos que estén siendo planeados para destruir a Tus hijos. Guárdanos de todo daño y protégenos. Ilumínanos para que podamos abrir nuestros ojos para escuchar y aceptar la Verdad de nuestra salvación sin ningún temor en nuestras almas.
Vayan en paz.
Tu amoroso Salvador
Jesucristo
sábado, 14 diciembre 2013 15:17
Mi muy querida y amada hija, los preparativos han comenzado hoy para Mi Intervención de Gran Misericordia para convertir los corazones del hombre de piedra a oro. Las señales en el tiempo serán presenciadas por aquellos con ojos que pueden ver y aquellos que están alertas a Mi Promesa de dar a todos una oportunidad igual de salvación.
Aquellos cuya fe se ha debilitado serán renovados con el Fuego del Espíritu Santo. Tan poderoso será el Espíritu Santo, cuando sean testigos de la Luz, de los Rayos de Mi Misericordia, que muchos caerán al suelo por su fuerza.
Aquellos que Me detestan, y cuyos pecados no significan nada para ellos, morirán más en espíritu y se arrastrarán lejos de Mí aterrorizados. Algunos no sobrevivirán a Mi Intervención, porque les conmocionará más allá de su resistencia.
Yo Estoy preparando a todas las almas elegidas, en este tiempo, instruyéndolas a buscar la Confesión y a orar por los pecados de los demás. Mi Tiempo es pronto. Mi Intervención será rápida y poderosa y a partir de ese día, el mundo se dividirá en dos. Ese día, el mundo se volverá del revés y sólo aquellos que permanezcan a Mi favor soportarán las pruebas que se verán por todas partes.
Llevas ya tres años preparado. Levántate, toma tu cruz y sígueme. Sé fuerte. Yo te daré valor, porque lo necesitarás ya que la oscuridad de aquellas almas, que rechazarán Mi Misericordia, caerá sobre la Tierra y luego se extenderá. Solo aquellos que son bendecidos con el Espíritu Santo proveerán la luz, que guiará a todos aquellos que quieran entrar en Mi Reino, para que puedan navegar su camino hacia la Vida Eterna.
Tu Jesús
domingo, 14 diciembre 2014 18:00
Mi querida y amada hija, Mi pueblo recibió un gran Regalo de Mi parte a través de Mi Muerte en la Cruz. Este Sacrificio, entregado para redimir al mundo de una muerte segura, es parte del Pacto Final de Mi Padre antes del Gran Día cuando El salve al remanente de la tierra.
Generación tras generación hablaron de la Verdad, contenida en el Libro de Mi Padre, y Sus siervos sagrados refrendaron la Palabra de Dios. Cuánto habéis olvidado y qué poco sabéis. Muchos de los designados para guiaros han errado y sus orgullosas cabezas, mantenidas en alto mientras juguetean con la Palabra de Dios, se colgarán de vergüenza y miedo cuando se enfrenten a la Advertencia del Cielo. A estos siervos sagrados tengo esto que decirles.
Vuestras obras para otros no significarán nada para Mí porque seréis juzgados por vuestra lealtad a la Verdad. Te castigaré y Mi Justicia será implacable hasta que rompas tus leyes paganas y proclames la Palabra que te fue dada hace tanto tiempo. Vuestro desprecio por las Leyes de Dios Me trae gran vergüenza pero vuestro engaño, que Me costará almas, os llevará a vuestra ruina. Aquellos de Mi pueblo, que viven de la Palabra de Dios, aunque no sean nada a vuestros ojos, se sentarán en los Asientos del Juicio cuando seáis llamados a responder, ante Mí, de las razones por las que engañasteis a Mi Pueblo. Podéis creer que vuestro poder e influencia es irreprochable pero sabed que vuestra gloria se está desvaneciendo y pronto; el oro y los mantos blancos que lleváis se convertirán en harapos y vuestras relucientes coronas serán reemplazadas por cizaña.
Para todos los pecados del mundo, no hay nada peor a Mis Ojos, que aquellos hipócritas que se hacen pasar por Mis siervos pero que no Me sirven. Cuando llegue el momento en que blasfeméis contra Mí, y alimentéis a los hijos de Dios con mentiras sobre el significado del pecado, enviaré sobre vosotros un castigo tan grande que os resultará difícil recuperar el aliento. Piedras de granizo de tan grandes dimensiones se precipitarán desde los Cielos y por cada Iglesia, que haya sido entregada a Mis enemigos, donde profanarán Mis Altares, grandes inundaciones las destruirán. Por cada crimen que cometéis contra Mí, lo cometéis contra un hijo de Dios. Y así, os enviaré advertencia tras advertencia hasta que rechacéis la nueva falsa doctrina; hasta que habléis la Verdad -la Santa Palabra de Dios- y sostengáis los Sacramentos como se os enseñó al principio.
A través de estos mensajes os recordaré la Verdad y continuaré advirtiéndoos hasta el día en que decidáis a quién elegir - a Mí o a aquellos que profesan ser de Mí pero que son esclavos de la bestia.
Tu Jesús