miércoles, 19 octubre 2011 14:00
Hija mía, prepara al mundo para la llegada de Mi amado Hijo, Jesucristo, porque Él viene ahora, como fue predicho, para salvar a la humanidad una vez más.
Su llegada será anunciada por las trompetas del Cielo y los coros de ángeles que cantarán en alabanza para anunciar este Gran Acontecimiento.
Mi gran Regalo a la humanidad se os presenta en la forma de Mi muy amado Hijo, Quien es enviado para salvaros antes del Juicio Final.
Preparad vuestras almas, porque cuando se os revelen vuestros pecados, os ordeno que caigáis humildemente a los pies de Mi Hijo y supliquéis Misericordia. Debéis pedirle perdón y debéis aceptar el castigo necesario para limpiar vuestras almas.
Su Misericordia es tan grande que ningún pecado, por grave que sea, no puede ser perdonado si se muestra verdadero remordimiento. La humildad es requerida de todos ustedes para que sean dignos de entrar en la Nueva Era Gloriosa de Paz en la Tierra, cuyo tiempo está muy cerca. Solo aquellas almas que verdaderamente se arrepientan y muestren verdadera lealtad a Mi amado Hijo serán aptas para entrar por las puertas. Porque debéis estar libres de pecado para entrar en este maravilloso Nuevo Paraíso en la Tierra.
Mis queridos hijos, he preparado este Paraíso con gran Amor para cada uno de vosotros. Esta es la herencia que han estado esperando. Esta es la forma en que el Regalo de la Tierra fue originalmente presentado a Adán y Eva.
Cualquier hombre que rechace este Paraíso en la Tierra, donde no existirá el mal en ninguna de sus formas, está dando la espalda a la salvación.
Esta es vuestra última oportunidad de liberar vuestras almas de las garras de Satanás y de la influencia maligna que tiene en vuestras vidas.
Abraza este maravilloso Regalo de gran Misericordia. A través de este Regalo se te ofrece una oportunidad de verdadera salvación y un Glorioso Paraíso, que no podrías imaginar.
Para aquellos pobres pecadores que rechazan la oferta de perdón de Mi Hijo, se les concederá más tiempo para volver a su fe. Sin embargo, no se les dará demasiado tiempo, porque Mi Paciencia se está agotando.
Esperad ahora el regreso de Mi Hijo para salvaros de nuevo del pecado y llevaros a la salvación eterna.
Dios Padre
viernes, 19 octubre 2012 9:06
Hija mía, la Hostia, que ves en mi frente, es un símbolo, para probar a todos los hijos de Dios, la Presencia Real de mi Hijo en la Sagrada Eucaristía.
Mi Hijo está presente en el mundo y está al lado de cada uno de los hijos de Dios cada día con la esperanza de que sientan Su Presencia.
Hijos, sólo recibiendo el Cuerpo Real de Mi Hijo, Jesucristo, el Redentor de la humanidad, seréis bendecidos con gracias especiales.
Cuando mi Hijo murió por tus pecados, para que todo hijo de Dios pudiera desafiar a la muerte, dejó un importante legado.
La Presencia de Cristo en la Sagrada Eucaristía es Real y cuando se consume, te trae una protección especial. Te acerca en unión con Él.
Él es el Pan de Vida. Este Don para ustedes, hijos, nunca debe ser cuestionado o rechazado.
Los favores concedidos a quienes reciben Su Cuerpo y Su Sangre incluyen la salvación del Purgatorio, si se reciben todos los días.
Mi Hijo os acogerá, en el momento de la muerte, en Sus Brazos lejos de los fuegos del Purgatorio.
La Santa Misa, que ofrece el Cuerpo Real de mi Hijo, en honor de mi Padre, trae consigo, también, grandes beneficios.
Cuantas más Misas diarias asistáis y más recibáis el Cuerpo y la Sangre de mi Hijo, en la Sagrada Eucaristía, se os concederá la inmunidad de la purificación en los fuegos del Purgatorio.
Aquellos de vosotros que rechazáis la Existencia de mi Hijo, en la Sagrada Eucaristía, os negáis a vosotros mismos un gran Don. No seréis condenados por rechazar Su Cuerpo en la Santa Misa, pero no recibiréis las gracias que Él desea conceder a todos los hijos de Dios.
La Sagrada Comunión que recibas debe ser Consagrada correctamente. Cuando recibas Su Cuerpo, Él te llenará de un profundo y humilde amor, que fortalecerá tu fe y te traerá la Vida Eterna.
La Sagrada Eucaristía es el Don, que te concederá la Vida Eterna. Nunca olvides esto.
Mi Hijo sufrió mucho para dar al mundo este gran Regalo, el pasaporte al Cielo. No lo rechaces. No desafíes Su generosidad. No subestimes el Poder de la Santa Hostia.
Por favor, rece esta Oración de la Cruzada (81) por el Don de la Sagrada Comunión
Oh Hostia Celestial, llena mi cuerpo con el alimento que necesita.
Llena mi alma con la Divina Presencia de Jesucristo.
Dame las gracias para cumplir la Santa Voluntad de Dios.
Lléname con la paz y la calma, que viene de Tu Santa Presencia.
Nunca me dejes dudar de Tu Presencia.
Ayúdame a aceptarte en Cuerpo y Alma, y que, por la Sagrada Eucaristía, las Gracias que me concede, me ayuden a proclamar la Gloria de Nuestro Señor Jesucristo.
Purifica mi corazón.
Abre mi alma y santifícame cuando reciba el gran Don de la Sagrada Eucaristía.
Concédeme las gracias y los favores que concede a todos los hijos de Dios, y concédeme la inmunidad de los fuegos del Purgatorio. Amén.
Hijos míos, debéis rezar para que todos los cristianos acepten y comprendan el Poder de la Sagrada Eucaristía. Es la armadura necesaria para salvar las almas de todos mis hijos.
Acéptalo de buen grado y con generosidad de corazón.
Vuestra Santísima Madre
Madre de la Salvación
sábado, 19 octubre 2013 20:00
Mi amadísima hija, invito a todos Mis discípulos que Me han escuchado y que Me reconocen, en estos Mensajes, a que Me escuchen ahora.
Esta Obra, que te ha sido otorgada, es Sagrada. Cualquier tormento, abuso, sufrimiento y ridículo que puedas soportar, debido a esta Misión, recuerda que esta Obra es Mía. Mi Misión final, dada al mundo, a través del profeta de Dios, es un gran Regalo para la humanidad. Elévense por encima de la burla, de la cual serán testigos y sepan que es creada por el maligno en un esfuerzo por detener la Verdad. La Verdad, Mi Santa Palabra, será pisoteada y cada demonio, liberado de las profundidades del Infierno, hará todo lo posible para silenciar Mi Voz.
Trabajando a través de esas almas, que se dejan abiertas a la infestación, las obras malignas de Satanás pronto serán camufladas y presentadas al mundo como Sagrada Escritura. La nueva doctrina, dirán, fue divinamente inspirada por Mí, Jesucristo. El mundo entero llamará la atención, mientras es develada capa por capa y aplaudida, especialmente, por un mundo secular. Aquellos que nunca esperarías que dieran honor a Dios serán los primeros en la cola para abrazar la serie de herejías - mentiras contra Mí - a medida que son reveladas.
Nunca antes la Iglesia Católica recibirá tal honor público por parte de los medios de comunicación y la élite política del mundo. Nunca antes los ateos y todas las religiones, incluidas las que no me honran, abrirán sus brazos y caerán de rodillas en honor de los que dicen que son de Dios.
Cuando Mi Imagen desaparezca y ya no se vea y cuando Mis Cruces, Santas Biblias, misselettes para la Santa Misa, rosarios, medallas, escapularios y Cruces Benedictinas ya no se encuentren, sabréis entonces que el reino de la bestia ha comenzado.
El mundo cantará las alabanzas del anticristo. Tan pronto como haya creado la paz - una paz falsa - creada a causa de las guerras que él ayudó a iniciar - hará declaraciones sorprendentes. Él, el anticristo, declarará que ha recibido mensajes de Dios Padre y parecerán auténticos. Entonces, utilizando el poder de lo oculto, se le verá curar a muchos y parecerá tener grandes dones espirituales. Muchos quedaran asombrados por los "supuestos" milagros que aparentara realizar y el mundo lo adorara y se postrara a sus pies. Entonces, él, el anticristo, declarará ser Jesucristo, el Hijo del hombre, y dirá que ha llegado el momento de reclamar el mundo y salvar a toda la humanidad. Cualquiera que se atreva a desafiar la inmundicia y las obscenidades, que brotarán de la boca de la bestia, será castigado severamente.
En este tiempo, debido a la infestación de Satanás en el mundo, el pecado estará tan extendido que la dignidad humana alcanzará sus niveles más bajos, donde la impureza, la lujuria, la avaricia y cualquier otro pecado vil, a los Ojos de Dios, serán presenciados en todo lugar público. Debido a que el pecado será declarado como una falta natural humana, y debido a que se les dirá que Dios no los juzgará por un débil rasgo humano, muchos abrazarán el pecado y no tendrán vergüenza en sus almas.
Las celebridades del mundo, los artistas, los medios de comunicación, las estrellas de cine, todos clamarán para ser vistos con el anticristo y su imagen será más visible que cualquiera que haya venido antes que él. Hablará con fluidez muchos idiomas, será guapo, tendrá un gran sentido del humor y una extraordinaria capacidad de comunicación. Tendrá mucho cuidado con lo que diga sobre Dios y nunca se referirá a la Madre de Dios, pues se considerará que ya no tiene ningún papel que desempeñar.
Las entrevistas del anticristo en televisión serán habituales y la gente estará pendiente de cada palabra que salga de su boca. Influirá en los políticos de todas las naciones y aquellos con los que se le vea serán tratados como miembros de la realeza. Y no acabará ahí. Sus citas serán predicadas en los púlpitos de todas las iglesias. Se le dará gran honor y posición en todas las iglesias, hasta que eventualmente se sentará en el nuevo trono en el nuevo templo de Babilonia. Su influencia se extenderá a todos los bancos, las leyes comerciales y la economía mundial. El anticristo creará subvenciones para atraer a las empresas, organizaciones, así como organizaciones benéficas, para trabajar para su nuevo centro de comercio mundial. Gran riqueza será creada por aquellos que quieran ser parte del imperio del anticristo. Todo aquel que le jure lealtad, ya sea a través de ceremonias religiosas, negocios o acuerdos comerciales, tendrá que tomar una marca. Aquellos que acepten la marca, que tendrá la forma de una tarjeta bancaria y un chip especial, que se les incrustará en la mano, perderán sus almas ante él. Todos aquellos que lleven el Sello del Dios Viviente escaparán de las garras del anticristo y serán inmunes al horror. No ignoréis esta advertencia. No la temáis, pues si seguís Mis instrucciones, estaréis protegidos.
Derramé muchas Lágrimas dándote este Mensaje y es por esto que Mi Dolor en ti, hija Mía, en este momento es tan grande. Consuélame invocando Mi Misericordia y Mi Protección.
Tu Jesús
domingo, 19 octubre 2014 20:40
Mi querido hijo, yo soy tu Madre, la Reina del Cielo. Os colmo de gracias especiales a todos los que me invocáis para que interceda en vuestro favor, para pedir a mi Hijo que os proteja. Todo el Cielo reza por la humanidad en este tiempo, para que la transición hacia el nuevo mundo sin fin, sea suave. Es el mayor deseo de mi Hijo llegar al corazón de cada pecador. Para quitar las telarañas de confusión que cubren sus almas. Para atraer, incluso a aquellos con corazones de piedra, a Su Gran Misericordia.
Mi Hijo nunca se da por vencido en su búsqueda de tocar los corazones de todos. Nunca busca vengarse de los que le ofenden y nunca favorece a un alma sobre otra. Ama a todos, incluso a sus mayores enemigos, y siempre será así. No debes rechazar a mi Hijo si has sufrido en esta vida; si has perdido a un ser querido en circunstancias trágicas; o si eres víctima de terribles injusticias. Dios es el Autor de la Vida. Él la da y Él la quita. Sólo cuando un alma, llena de espíritus malignos, asesina a otra, Dios se lo hará pagar caro.
Mientras exista el pecado, el mal permanecerá en la tierra. Sólo cuando el pecado sea desterrado se disipará el mal. Hijos, os pido que tengáis paciencia. Os pido que dediquéis a la oración todo el tiempo que podáis. Os pido que sigáis rezando el Santísimo Rosario para la protección de vuestras familias, vuestras naciones y vuestros países. Nunca antes mi Rosario será tan poderoso como en estos tiempos, y recibiréis grandes gracias cuando lo recéis, especialmente en voz alta, y en grupos.
Todos los Planes de Dios están en marcha para la Segunda Venida de Jesucristo. Os pido que, con vuestras oraciones, ayudéis a preparar el camino para que todos los pecadores busquen el arrepentimiento, de modo que puedan disfrutar de la vida eterna en el mundo venidero, que no tiene fin. Bienaventurados los que recibirán las llaves del Paraíso.
Tu querida Madre
Madre de la Salvación