domingo, 22 abril 2012 10:00
Mi niña, mi Hijo está tan feliz por la forma en que Su amado Ejército obedece Sus Santos Deseos de recitar Sus Oraciones de Cruzada.
Estas oraciones son para los tiempos modernos, para ayudar a todos los hijos de Dios a buscar la protección que necesitan para hacer frente a los tiempos difíciles, que tantas almas están enfrentando.
Cuando los tiempos parezcan difíciles o dolorosos, hijos, invocadme siempre a mí, vuestra amada Madre, para que interceda ante mi Hijo Precioso en vuestro favor.
Recuerda siempre que tus sacrificios personales, ofrecidos a Dios, ayudan a salvar tantas almas en la Tierra.
Tus oraciones siempre son escuchadas.
Nunca se ignoran, sino que se tratan según la Voluntad de mi Padre.
Por eso debéis ser pacientes, hijos. Pongan siempre toda su confianza en mi Hijo.
Entrégale todos tus miedos y sufrimientos. Entonces, debes confiar en que todo será resuelto por Él.
Para aquellos de vosotros, creyentes, a los que os cuesta rezar o mantener vivo vuestro amor por mi Hijo, aquí tenéis una oración especial de la Cruzada (47)para ayudaros a reavivar vuestro amor por Jesús.
Oración de la Cruzada (47) Reaviva tu amor por Jesús
"Oh bendita Madre, Madre de la Salvación, por todo el mundo, ruega para que mi amor por Jesús pueda reavivarse. Ayúdame a sentir la Llama de Su Amor para que llene mi alma.
Ayúdame a amar más a Jesús. Reza para que mi fe, amor y devoción por Él, sean más fuertes.
Alivia las dudas que me atormentan y ayúdame a ver con claridad la Luz Divina de la Verdad, que irradia de tu amado Hijo, el Salvador de toda la humanidad. Amén".
Id en paz hijos. Recordad que cuando me pidáis que rece por vosotros, de corazón, yo, la Madre de la Salvación, presentaré vuestra petición a mi amado Hijo.
Nunca ignoraré una petición una vez que esté en línea con los deseos de mi Hijo y de acuerdo con la Santa Voluntad del Padre.
Aprended a confiar más, hijos. Cuando confiáis en mi Precioso Hijo demostráis vuestro amor por Él.
Si tu amor es débil, entonces tu confianza en Él también será débil.
Sólo aquellos de ustedes, que se humillan ante mi Hijo, serán bendecidos con las Gracias dadas para fortalecer su fe.
Nunca te rindas cuando sientas desesperación.
La desesperación la crea el maligno.
Dirígete a mí y rezaré para que la paz vuelva a tu alma.
Cuando hagas esto podrás rechazar la tentación puesta por el maligno y serás libre.
Vuestra Santísima Madre
Reina de los Ángeles
Madre de la Salvación
domingo, 22 abril 2012 15:30
Mi muy querida y amada hija, la humanidad debe saber que no está lejos el momento en que Yo Me presente ante un mundo incrédulo.
Todos los hijos de Dios que son devotos creyentes deben ahora, por su lealtad a Mí, su amado Jesús, ayudarme a preparar al mundo para Mi Segunda Venida.
Ya se ha concedido mucho tiempo para atraer a las almas de nuevo a Mi Sagrado Corazón.
Esto era importante, ya que, sin este tiempo, muy pocas almas podrían entrar en Mi Nuevo Paraíso.
Insto a todos aquellos, en Mi Santo Nombre, a que Me permitan guiarles, para ayudarles a proclamar la Verdad de Mis Enseñanzas en cada rincón del mundo.
Predica primero Mis sencillas Enseñanzas.
El amor al prójimo se espera de todos aquellos que dicen ser seguidores Míos.
Habla sólo de Mi Segunda Venida.
A cualquiera que te denuncie, recuérdale que, Mi Promesa de volver en Gloria para Juzgar a los vivos y a los muertos, debe cumplirse durante la vida de esta generación.
Mi Espíritu Santo inundará las almas de aquellos a quienes impartas Mi Santa Palabra.
Pero antes, debes pedirme esta Gracia especial. Antes de sancionarte para realizar esta Obra Sacratísima, te invito a pedirme esta Gracia mediante la recitación de la Oración de Cruzada (48)
Oración de Cruzada (48) Oración por la Gracia de proclamar la Segunda Venida de Cristo
"Oh Jesús mío, concédeme la Gracia de proclamar Tu Santa Palabra a toda la humanidad para que las almas puedan salvarse. Derrama Tu Santo Espíritu sobre mí, tu humilde siervo, para que Tu Santa Palabra pueda ser escuchada y aceptada, especialmente por aquellas almas que más necesitan Tu Misericordia. Ayúdame a honrar Tu Santa Voluntad en todo momento y a nunca insultar o condenar a aquellos que rechazan la Mano de Tu Misericordia. Amén".
Id ahora, Mi Ejército, pues se os ha dado la armadura que necesitáis para convertir a la humanidad.
Serás ridiculizado en tu misión, insultado y desafiado.
Sabed que cuando esto ocurra, seréis verdaderamente hijos de Dios.
No temas, pues yo te daré la fuerza para superar tales obstáculos.
Te guiaré por todo el camino. Ve en paz y amor.
Tu amado Jesús
lunes, 22 abril 2013 16:00
Hija mía, para que los hijos de Dios se salven, deben seguir el camino de mi Hijo. Deben aceptar que, para ser dignos de Su Reino, deben ser despojados de las influencias mundanas, que los separan de Dios.
Aquellos que se vuelvan a mi Hijo, cuando busquen la Verdad, verán cómo se producen una serie de cambios en sus vidas. Aquellos que no le conocen y que le abren su corazón por primera vez, llorarán lágrimas. Estas lágrimas serán el resultado del amor que Él infundirá en sus corazones y se sentirán abrumados. Son las lágrimas de la conversión. Sus corazones y sus almas se llenarán de un amor que nunca antes habían conocido. Este es el Amor de Dios y es un Regalo del Cielo.
Poco después, llenos de la Luz de Dios, atraerán la oscuridad del maligno, que busca a las almas que están llenas de esta Luz. Es entonces cuando sufrirán a manos de otros, que son utilizados por el maligno, para atacar su fe y su lealtad a Dios.
Los que tienen un amor sencillo por mi Hijo, vacío de toda arrogancia y orgullo humanos -que no sucumben a las presiones de los que denuncian a mi Hijo- sufrirán igual que Él. Sentirán dolor cuando sean testigos del pecado, porque sienten el mismo dolor que mi Hijo. Caerán y tropezarán, como mi Hijo en el camino del Calvario. Mientras vivan, sentirán el dolor del sufrimiento de mi Hijo. Esto permanecerá con ellos hasta que se complete la purificación final del mundo.
Nunca sientas que esta lealtad a mi Hijo está para siempre teñida sólo de dolor, porque también trae una alegría, una paz y una esperanza, que traen la vida eterna. Nunca permitas que tu amor por mi Hijo te separe de todos los hijos de Dios. Al contrario, debes tender la mano a todos, especialmente a los que nunca han abierto su corazón a mi Hijo. Ellos necesitan tu ayuda. A través del Don de la conversión, se te han dado las Gracias necesarias para llevar estas almas a mi Hijo. Debes hacerlo mediante la aceptación del dolor que debes soportar, como soldado de Cristo, y mediante tus oraciones y sacrificios por los demás.
Tu querida Madre
Madre de la Salvación
martes, 22 abril 2014 20:00
Mi querida y amada hija, no importa cuán difícil sea esta Misión, la Verdad debe prevalecer en todo momento.
¿De qué sirve que Mi Palabra sea tergiversada? ¿De qué sirve? Cuando Mi Palabra y todo lo que Soy y Seré es adaptado para ajustarse a la agenda del hombre, entonces se convierte en una falsedad. ¿Qué significa Mi muerte en la Cruz, si no fue para redimirte del pecado? A pesar de la crueldad de Mi muerte en la Cruz, el significado para los cristianos es simple. Os redimí del pecado, pero sólo cuando Me lo pedisteis. Si no me lo pides, no puedo redimirte.
Si no Me aceptas a Mí, Jesucristo, entonces no podrás buscar Mi Misericordia. Si no buscas Mi Misericordia, entonces Me pararé ante ti y te suplicaré que lo hagas, tan Grande es Mi Amor por ti. Me pararé como un Rey indigente ante ti, el pecador. Te revelaré la Verdad, hasta que tus ojos finalmente sean abiertos y entonces verás. Aquellos de ustedes que vean la Verdad, entonces extenderán sus brazos hacia Mí y Yo los llevaré al Refugio de Mi Corazón. Así, como aquellos que Me conocen, y que serán salvados, tienen una ventaja, así también daré a todas las almas, de todas las religiones y de todos los credos, la ventaja de mostrarles la Verdad antes de que Mi Tiempo haya llegado.
Recuerda siempre Mi Sencillez. Os enseño la Verdad de manera sencilla. Os he enseñado a amaros los unos a los otros como Yo os he amado. Si os amáis los unos a los otros y os tratáis como Yo os he mostrado, seréis Míos. Si no mostráis amor y respeto a los demás, sino que os juzgáis unos a otros en Mi Nombre, entonces no podéis decir que sois de Mí. Mis Enseñanzas no son complicadas. No necesitan serlo, porque el amor es el núcleo de todo lo que Yo enseño. Sin amor los unos por los otros en vuestros corazones, entonces no podéis amarme de verdad. Cuando neguéis el amor, siempre Me negaréis a Mí. Cuando niegas Mi Palabra, entonces el Amor de Dios no puede prosperar en tu corazón.
Tu Jesús