jueves, 28 marzo 2013 21:30
Mi muy querida y amada hija, ahora comprendes cuánto detesta el maligno esta Misión. Debes, sin embargo, elevarte por encima de los crueles obstáculos puestos ante ti para frenar Mi Obra.
El peligro para la Existencia de la Sagrada Eucaristía te será mostrado a través de la arrogancia de aquellos dentro de Mi Iglesia, cuyo plan para cambiar la Verdad ha comenzado en serio.
No importa que muchos entre ustedes se burlen de Mi Misión de preparar sus almas para el Gran Día. Con el tiempo sabréis que soy Yo, Jesucristo, Quien viene a vosotros para serviros.
Yo Soy vuestro Maestro y vuestro Siervo. Vosotros, Mis siervos sagrados, debéis recordar vuestro papel y no olvidarlo nunca. Como siervos, no podéis ser también amos. Porque si sois un amo, no podéis servirme. Muchos de vosotros dentro de Mi Iglesia habéis olvidado lo que se os enseñó. Han olvidado la Palabra de Dios.
Mi Promesa es proporcionaros el Alimento de la Vida -Mi Cuerpo y Sangre- y, sin embargo, vosotros, una vez más, Me negaréis. Lo haréis quitando la Sagrada Eucaristía del Templo de Dios y la sustituiréis por un cadáver. El sustituto será sutil y pasará un tiempo antes de que podáis detectar la acción maligna, que se os endilgará.
Así como Mi Cuerpo, a través de la Sagrada Eucaristía, os sostiene, la muerte de Mi Cuerpo, Mi Iglesia, traerá la muerte a las almas de aquellos que Me descartan.
El momento de la abominación está muy cerca. El tiempo de elegir entre Mi Camino, o el del falso profeta, está casi sobre ustedes. Observen, ahora, como la Verdad será torcida por el impostor. Vean como él se exaltará a sí mismo en Mis Zapatos, pero rehusará caminar el sendero de la Verdad como un siervo de Dios.
Tu Jesús