Advertencia a quienes participan en sectas satánicas

Hija Mía, te estás haciendo mucho más fuerte ahora, y a través de tu obediencia a Mi Santísima Voluntad, puedes alertar al mundo ahora de lo que está por venir.

Cuando hablo del pecado, no he revelado los viles pecados que se cometen, que incluso a los pecadores normales les costaría comprender. Las prácticas repugnantes que llevan a cabo las sociedades occidentales supuestamente sofisticadas -a puerta cerrada- te escandalizarían hasta la médula.

Las atrocidades malvadas, donde los niños son ritualmente asesinados en deferencia a Satanás, son una realidad en el mundo de hoy. Pero son sólo algunos de los actos intensamente malvados, que son cometidos por el hombre, influenciado por Satanás. Vayan tan lejos, hijos Míos, y encontrarán imposible volver a Mí. Otros actos, que rompen Mi Corazón, incluyen el abuso físico, particularmente de niños pequeños inocentes. Permítanme explicarles la clase de pecados, que angustiarían grandemente a muchos de ustedes, si Yo los describiera en detalle. Los seguidores de Satanás, a través de sus cultos, son salvajes en su tratamiento del ser humano, por quien no tienen ningún respeto. Sacrificios, incluyendo sacrificios humanos, blasfemias, maldiciones y actos de profanación de Mí, Mi Padre Eterno y Mi amada Madre, son rituales regulares. Tan poca vergüenza tienen estos adoradores satánicos, que hacen alarde de su falta de respeto en público a través de la música, el cine, la televisión y las artes. Aquellos culpables de tales sacrilegios se enfrentarán a la condenación eterna, donde arderán en el Infierno por toda la eternidad.

Esta es una de las últimas advertencias que recibiréis de Mí, vuestro Salvador, Jesucristo. También es Mi última petición para que os salvéis mientras podáis.

Yo, Jesucristo, no hago amenazas vanas. Haré todo lo posible para salvarte. Pero más allá de cierto punto, no hay nada que Yo pueda hacer para evitar que busques el falso consuelo que crees que te ofrecerá el maligno. Desata los grilletes satánicos, con los que estás atado, y huye a Mí ahora. Yo te salvaré, pero debes pedirme perdón mientras vivas en esta vida.

Recuerda, es tu elección, el Cielo o el Infierno. Escoge mientras estés vivo en esta Tierra, porque no podrás hacerlo cuando pases a la otra vida.

Tu siempre paciente y amoroso Jesucristo.