La estrategia de Satanás consiste en engañar a los creyentes antes de destruirlos.

Mi querida y amada hija, cómo amo al mundo. Cómo anhelo por cada alma que está perdida para Mí en este momento. Te prometo que buscaré a cada persona y trataré de atraerla a Mi Divina Misericordia. Deseo dar a conocer Mi Presencia, Mi Amor y Mi Compasión a cada una de ellas. Mis Lágrimas, en este momento, que te revelo Mi pequeña, están siendo derramadas por aquellos que rechazarán Mi Intervención Divina y que, como resultado, se sumergirán de cabeza en un vacío de engaño malvado.

Mi Pasión será ahora revivida, ya que Mi Cuerpo tendrá que enfrentarse a una nueva flagelación cuando los paganos -que vendrán con una falsa fachada de paz, amor y humildad- pisoteen a Mi Iglesia, antes de crucificarla. Los sabios de espíritu conocerán la Verdad. La guerra será encarnizada y el gran premio, buscado por el ejército de Satanás, serán las almas de todos los hijos de Dios.

Las almas de los creyentes serán el primer objetivo de Satanás y es ahí donde concentrará toda su energía. La estrategia de Satanás consiste en engañar y embaucar primero a los creyentes, antes de destruirlos. Los incrédulos son de poco interés para Satanás, porque él ya ha ganado sus almas y presentan poco desafío para él. Mi Padre no se hará a un lado y observará este horror, que ha sido predicho. Cada milagro, cada llamada del Cielo y cada Intervención será presenciada mientras se desarrolla la batalla final, la mayor guerra espiritual de todos los tiempos.

Aquellos que nacieron con inteligencia no serán más sabios a la Verdad, porque analizarán la realidad de su creación a través de la lógica humana. Aquellos nacidos con un amor puro en sus corazones por Dios aceptarán la Verdad, incluso si les confunde, porque sus corazones pertenecen a Dios y serán bendecidos con el Don del discernimiento. Aquellos que luchan contra la Palabra de Dios y la Intervención de Mi Padre para salvar almas y que tratan de impedir que Él salve almas, serán juzgados duramente.

Mientras continúa la batalla por las almas, debéis dirigiros siempre a Mí y pedirme que os sostenga, os proteja y os consuele. Cuando estéis Conmigo, soportaréis esta terrible desolación con una calma que os sorprenderá. Pero si no podéis confiar en Mí y entregaros completamente a Mí, encontraréis estas pruebas, que os esperan en Mi Iglesia, casi imposibles de afrontar, tan dolorosas serán.

Nunca debes olvidar que Dios es Todopoderoso y que Satanás no puede ganar esta guerra por las almas. Tristemente, muchos no serán lo suficientemente fuertes en su fe o no tendrán la habilidad de reconocer el engaño, que tendrán que enfrentar en Mi Nombre y nunca podrán redimirse ante Mí.

Estas son las almas, que me causan tan amargo dolor en este momento.

Tu Jesús