Cuando Yo venga como el Rey de la Misericordia, ni un alma quedará con la menor duda de Quién Soy y Qué Soy

Mi muy amada hija, dile a todos Mis seguidores - todos aquellos que creen en Mí, Jesucristo - que deben asignarme tiempo cada día en oración, con el fin de salvar las almas de aquellos que están perdidos para Mí. Por las Gracias, que te doy, deseo que a cambio, me ayudes a traerme las almas de aquellos que rompen Mi Corazón.

Debo pedirles que soporten el dolor que sentirán, debido a la separación de la humanidad de Mí, Jesucristo. Esto será causado por el cisma en Mi Iglesia en la Tierra. Aceptando este sufrimiento con completa sumisión, puedo conquistar el control que el maligno ejerce sobre aquellos que son demasiado débiles para proclamar la Verdadera Palabra de Dios. Nunca debes temer esta Misión, porque es dada al mundo debido a la Generosidad de Mi amado Padre. Él simplemente quiere recuperar Su Creación, intacta, para no perder ni un solo hijo Suyo.

No importa quién te azote, se burle de ti o te persiga, sólo recuerda el castigo, que cae sobre todos aquellos que escupen en Mi Rostro. Entonces, ignorando las burlas, debes rezar fervientemente por cada una de esas pobres almas. Sed generosos de corazón y seréis llenos del Espíritu Santo, para que entonces luchéis, junto a Mi Ejército Celestial, para salvar al mundo del mal. Debéis esperar pues, con amor y confianza, y Yo os traeré grandes Bendiciones.

La esperanza nunca debe ser desechada por el miedo. El miedo nunca debe cegaros ante la tarea que se requiere de vosotros, para que cuando Yo venga como el Rey de la Misericordia, ni un alma quede en duda de Quién Soy y Qué Soy. Reuníos. Uníos. Trae a todas las almas a Mis Brazos Misericordiosos. Para ayudarme a hacer esto, debes recitar esta Oración de Cruzada especial para ayudarme a reunir y unir a todas las almas.

Oración de la Cruzada (128) Para reunir y unir a todas las almas:

Queridísimo Jesús, ayúdanos a nosotros, Tus amados discípulos, a reunir al mundo en Tus Brazos y a presentarte a las almas más necesitadas de Tu Gran Misericordia.

Danos el Don del Espíritu Santo para asegurar que la Llama de la Verdad envuelva a todos aquellos que se han separado de Ti.

Une a todos los pecadores para que cada uno tenga todas las posibilidades de reconciliación.

Danos a todos la fuerza para permanecer firmes a Tu Santa Palabra cuando nos vemos obligados a rechazar la Verdad, que ha sido proclamada al mundo a través de los Santísimos Evangelios.

Permanecemos en Ti, contigo y para Ti, en cada paso de este, nuestro viaje a la salvación. Amén.

Quédate en paz. Confía en Mí. Deja todas tus oraciones a Mis Pies y Yo responderé a cada petición que se Me haga para salvar a cualquier alma cuyo nombre Me sea presentado.

Tu Jesús