martes, 29 octubre 2013 19:30
mentirotras profecíasAnticristotáctica de satanásMadre de la Salvaciónal clerofalsa doctrinaArmageddonMi dulce niña, todos los Cielos se unen, en unión con mi Hijo, para venir en ayuda de esos santos sacerdotes, que se encontrarán en medio de una gran batalla. Muchas de estas preciosas almas tendrán que soportar terribles dolores y sufrimientos cuando tengan que ser testigos de las herejías que surgirán dentro de la Iglesia. Estarán confusas, asustadas y muchas sentirán que no tienen a dónde acudir. Es entonces cuando deben dirigirse a mí, pedirme que los Consagre a mi Hijo, para que Él derrame sobre ellos hasta la última gota de su Preciosa Sangre. Cuando estén cubiertos con este Don, sabrán lo que tienen que hacer. Deben saber que he advertido a mis hijos, a lo largo de los siglos, de esta malvada apostasía, que está siendo planeada por el maligno.
La Iglesia de mi Hijo se convertirá en la sede del anticristo y ahora que la Verdad ha sido revelada, muchos se sentirán atemorizados y sufrirán el dolor de la flagelación de mi Hijo. La Iglesia de mi Hijo será perseguida, destruida, profanada - hasta que finalmente, albergará el trono sobre el que se sentará el anticristo. Será desde aquí que él, el anticristo, declarará que él es el Cristo y que el mundo será salvado a través de él.
Al aceptar las mentiras, niegas la Verdad. Al ignorar la Verdad, creerás en una red fabricada de engaño, tejida por el maligno y esto te atrapará. Una vez atrapados, seréis tentados a seguir a las multitudes, en cada nación, que rendirán gran respeto al anticristo. Por favor, hijos, recitad esta Oración de Cruzada para combatir la herejía, que cubrirá la Iglesia de mi Hijo en la Tierra.
Oración de Cruzada (125) Para defender la Santísima Palabra de Dios
Oh Madre de la Salvación, ayúdame, humilde siervo de Dios, a defender Su Santísima Palabra en tiempos de tormento. Conságrame, querida Madre, a tu Hijo, para que me cubra con su Preciosa Sangre. Concédeme, por la Intercesión de tu Hijo Jesucristo, la gracia, la fuerza y la voluntad de permanecer fiel a las Enseñanzas de Cristo en los tiempos de la Tribulación, que devorará a Su Santísima Iglesia en la Tierra. Amén.
Id a mi Hijo, queridos siervos de Cristo. A Él pertenecéis. Él os ayudará durante la persecución. Él nunca os abandonará en el momento de necesidad.
Tu querida Madre
Madre de la Salvación