sábado, 26 octubre 2013 11:15
Volume 4Evangelioauspicea los enemigos de la MisiónApóstolesel Libro de la Verdadfalsas profecíasapostasíaYo soyal cleroodioLa tristeza de DiosPalabra de DiosMi querida y amada hija, la fe de todos los hijos de Dios, independientemente de la denominación a la que pertenezcan, es tan débil que muchos de los que conocen la Verdad encontrarán muy difícil practicar su religión abiertamente, sin críticas.
Tantos en el mundo Me rechazan, Jesucristo, en este momento de la historia, que ya no es aceptable, en la mayoría de las naciones, hablar de Mí en público. Muy rara vez oirás hablar de Mi Nombre en los medios de comunicación, a menos que sea para cuestionar Mi Existencia. Rara vez oirás a la gente proclamar abiertamente su amor por Mí en público, pues lo encontrarían demasiado embarazoso. Incluso aquellos siervos sagrados Míos ya no están dispuestos a declarar la Verdad por miedo al ridículo. Aquellos que sí Me siguen encontrarán cada vez más difícil proclamar Mi Santa Palabra. Tantos, que una vez Me amaron, ya no lo hacen y Mi desolación y tristeza cortan Mi Corazón, como si una espada lo atravesara.
¿Por qué, oh por qué, me habéis abandonado? ¿Por qué los que creéis en Mí y Me conocéis hacéis daño a tantos de vuestros hermanos y hermanas? ¿Por qué prospera el odio en vuestros corazones? ¿Por qué sentís la necesidad de cuestionar los Evangelios ahora, cuando han existido durante tanto tiempo? ¿Quién os dio autoridad para malinterpretar Mi Palabra dada a Mis apóstoles? ¿Por qué los tergiversáis y por qué no creéis lo que Yo dije? Mi Palabra es muy clara. Cuando hablo, digo lo que digo. Si digo una cosa, no quiero decir otra. ¿Por qué habría de contradecirme, por ejemplo, y especialmente ahora en esta Misión?
Lo que se da a los profetas de Dios es la Verdad. Cualquier cosa que contradiga estos Mensajes, de la boca de aquellos que afirman que Yo hablo con ellos, debe ser rechazada por ustedes. Yo nunca competiría con Mi Propia Voz, porque debo asegurarme de que se os da la Verdad.
¿Qué debo hacer para que me escuches? ¿Qué debo hacer para que dejes de divagar y de buscar otras formas de excitación? ¿Por qué no confías en Mí? Perdéis tanto tiempo precioso buscando la adivinación, que fluye como veneno de la boca de los llamados místicos y buscadores de sensaciones, que Me insultáis alejándoos de Mí. Yo Estoy aquí. Estas son Mis Palabras. ¿Qué más buscas, pues sólo encontrarás la Verdad de Mi Boca? Yo hablé la Verdad cuando caminé sobre la Tierra. Dejé un legado de gran esperanza y salvación. Hablo la Verdad ahora, mientras te traigo Mis Palabras Finales, en este momento, porque el Gran Día amanecerá y pronto el mundo sin fin comenzará.
Cuando hablo, deseo que escuches. No puedo forzarte. Puedes buscar por todas partes y tratar de encontrar Mis Mensajes, dados para preparar al mundo para Mi Segunda Venida en este tiempo, y no los encontrarás. Mis Mensajes públicos para prepararte para esto, la etapa final antes de que se cumpla Mi Alianza, sólo pueden encontrarse en el Libro de la Verdad.
La Palabra es Mía. Mis Palabras serán oídas en cada nación. Nadie Me detendrá, porque Mi Poder es Todopoderoso.
Tu Jesús