sábado, 14 septiembre 2013 16:10
Volume 4el amor de una madreMedalla de la SalvaciónCoronilla de la Divina Misericordiaotras profecíasNuevo ParaísoMadre de la SalvaciónLa estancia de Jesús en la TierraOh, hija mía, así como amé a mi Hijo, desde el momento en que miré Su hermoso Rostro, así amo a todos los hijos de Dios como si fueran míos.
Soy la Madre de Dios, pero también soy la Madre de todos los hijos de Dios, ya que me comprometí a ayudarles en su momento de salvación final. Mi Hijo, cuando me coronó en mi Coronación en el Cielo, me dio la autoridad para convertirme en la Madre de las doce tribus, las doce naciones de la Nueva Jerusalén. Antes de que amanezca ese día, yo, como Madre de la Salvación, buscaré almas por todas partes y las atraeré hacia mi Hijo. Yo le ayudo en esta onerosa tarea y así como mi Corazón está entrelazado con el Suyo, también está entrelazado con los corazones de aquellos que verdaderamente aman a mi Hijo.
Como vuestra Madre, amo a todos los hijos de Dios. Siento por cada uno de vosotros el mismo amor que cualquier madre siente por sus pequeños. Veo a los hijos de Dios como si todos ellos fueran niños pequeños. Siento su dolor. Sufro con mi Hijo cuando mira a los pecadores, que rechazan el Amor que Él les tiene. Cómo agoniza Él por ellos y cuántas lágrimas lloro ahora al ver crecer la miseria del hombre a causa de la difusión del pecado. Sin embargo, todavía hay mucho amor vivo en el mundo. Este amor, cuando es puro, resistirá a las tinieblas y, como un faro, atraerá a las almas hacia él. Así obrará Dios para iluminar a la humanidad. Utilizará el amor de los que le aman para llevarle las almas de los demás.
Mi deber es ofrecer al mayor número posible de pecadores la posibilidad de salvar su alma. Lo hago a través de las apariciones, de las que son testigos cuando me aparezco, para encender la fe de los pecadores de todo el mundo. Ahora lo hago con la Medalla de la Salvación. Hija mía, como te he dicho, esta Medalla debe ser puesta a disposición del mundo a través de ti y según las instrucciones que te he dado. Estas instrucciones sólo te son dadas a conocer a ti. Estas Medallas convertirán a todas las almas que estén abiertas a la Misericordia de mi Hijo, Jesucristo. Esto resultará en la salvación de millones.
Gracias, hijos, por abrir vuestros corazones a mí, vuestra Madre, y por mostrar obediencia a mi amado Hijo, Jesucristo, el Salvador de la humanidad.
Tu madre
Madre de la Salvación