lunes, 26 agosto 2013 20:20
Volume 4mentiras de satanasBiblialuchar contra esta MisiónpersecuciónCrucificciónJesús Salvadortáctica de satanásla esclavitud del pecadofariseosorgulloal cleroodioLa estancia de Jesús en la TierraPalabra de DiosMi querida y amada hija, antes de que Yo fuera crucificado, muchas mentiras odiosas fueron creadas sobre Mí por Mis enemigos. Hubo reuniones celebradas por los fariseos, muchas veces, para decidir qué hacer conmigo. Ellos no aceptarían, ni por un minuto, que Yo había sido enviado por Dios para salvar a la humanidad. Cómo me odiaban. Cómo gritaban y atormentaban a aquellos discípulos Míos, que eran apresados por ellos.
Los fariseos azotaron y asesinaron a muchos antes de que finalmente Me crucificaran. Su salvajismo y su maldad iban en contra de la Enseñanza de Dios y de la Santísima Biblia. Esto no los disuadió, ya que Me persiguieron. Ellos predicaban la Palabra de Dios y luego desafiaban la Palabra de Dios - todo al mismo tiempo. No sólo me condenaron, sino que declararon que Dios nunca enviaría a un Mesías de este tipo. Despreciaban a la gente humilde y pobre y a los que consideraban teológicamente ignorantes. Su odio hacia Mí asustó a muchas almas pobres, que asistían a los templos. Los que les preguntaban por qué ellos, los fariseos, Me condenaban, eran ellos mismos condenados, por atreverse a cuestionar sus razones para rechazarme.
Hubo muchos falsos profetas predicando, mientras yo caminaba sobre la Tierra y era considerado como demente y no debía ser tolerado. Muchos de estos falsos profetas citaban el Libro del Génesis y hacían afirmaciones ridículas, que ofendían a Dios, y sin embargo se les toleraba y se les prestaba poca atención.
A pesar de los milagros que Yo realizaba, ellos no abrían sus ojos a la Verdad, porque no querían ver. Los sacerdotes de la época pronunciaron muchos discursos públicos, en los que Me condenaban por ser el hijo de Satanás y advertían a aquellos que se vieran asociándose Conmigo que serían expulsados de los templos. Me rechazaban porque no podían aceptar Mis humildes orígenes y porque no había sido educado según sus elevadas expectativas. Por lo tanto, concluyeron, Yo no podía ser el Mesías. Pensaban que el Mesías vendría de entre sus propias filas. Y así, detestaron todo de Mí. Se sentían amenazados por Mis Palabras, que a pesar de su rechazo hacia Mí, les tocaban de alguna manera, que no comprendían.
No estaban preparados para Mi Primera Venida. Ciertamente no están preparados para Mi Segunda Venida, hoy. Cualquiera que se atreva a decir que es un profeta, enviado para advertir a los hijos de Dios de la Segunda Venida, será tolerado, una vez que no revele la Verdad. Pero cuando un verdadero profeta se revela y habla la Palabra de Dios, él o ella serán odiados y condenados públicamente. Cuando veas una condena abierta, basada en la ignorancia de las Promesas hechas por Mí, de venir otra vez, y cuando el odio sea tan vicioso que los perpetradores rompan la Palabra de Dios, sabrás entonces que es a Mí a quien odian. Sólo Yo puedo atraer tal odio entre los pecadores. Sólo Mi Voz suscita tal oposición.
Si Yo caminara sobre la Tierra, en este momento, Me crucificarían de nuevo. Aquellos que dicen amarme y que dirigen a Mis discípulos en la Iglesia Cristiana serían, tristemente, los primeros en clavar el primer clavo en Mi Carne.
Recordad, ninguno de vosotros es digno de ponerse delante de Mí. Ninguno de ustedes tiene la autoridad para condenar públicamente Mi Palabra, cuando no Me conocen. Ustedes, quienes Me condenan, mientras trato de cumplir el Pacto Final de Mi Padre, no tienen vergüenza. Vuestro orgullo Me repugna. Ustedes han condenado sus propias almas, en Mis Ojos. Ustedes no han aprendido nada acerca de Mí. Ustedes no creen en la Sagrada Escritura porque niegan que Mi Segunda Venida tendrá lugar.
Se te pedirá que cuentes las almas que Me has perdido en el día final. Ese día, mientras gritáis pidiendo Mi Misericordia, seréis incapaces de mirarme a los Ojos.
Tu Jesús