Debo advertir al mundo del gran número de falsos profetas, que en este momento tratan de ahogar Mi Voz

Mi muy amada hija, debo advertir al mundo del gran número de falsos profetas, que en este tiempo tratan de ahogar Mi Voz.

He enviado un número de profetas, todos con diferentes misiones, para preparar a los hijos de Dios. Estos Mensajes, relativos al final de los tiempos, son los únicos auténticos de su clase, en este preciso momento, pues nunca confundiría a los hijos de Dios.

Estos Mensajes nunca deben ser comparados con otros, que están siendo difundidos por todas partes, ahora mismo, con el fin de contradecir Mi Santa Palabra. Sólo puede haber un Libro de la Verdad - sólo Yo, Jesucristo, el Cordero de Dios, puedo revelar el contenido. Aquellos de ustedes que creen en Mí pueden ser engañados tan fácilmente. Ustedes deben saber que los mensajes, que contradicen estos y donde se afirma que vienen de Dios, que esto es imposible.

¿Confías en Mí sólo un poco? ¿O Me abrazas como Yo deseo que lo hagas, con un corazón lleno y abierto? Te llamo con amor y preocupación. No trato de apelar a tu inteligencia. Te Llamo a través de tu corazón y atraigo tu alma hacia Mí. Cuando sientas Mi Presencia en estos Mensajes, entonces no hay necesidad de buscar el respaldo o la aprobación de nadie.

Soy como Soy. Estoy ante ti, como debía ser, ahora. Mi Padre nunca me permitiría revelar el contenido del Libro del Apocalipsis a nadie más que al séptimo mensajero, pues este día ha llegado.

Muchos videntes auténticos han dado al mundo la Palabra de Dios en el pasado y han sufrido terriblemente por ello. Muchos todavía reciben consuelo de Mí y seguiré comunicándome con ellos, pues necesito su sufrimiento y sus oraciones. Ellos son Mis almas elegidas y cada uno tiene un papel que desempeñar en la salvación de otras almas.

Esta Misión es la última. Te ordeno que prestes atención a Mi Palabra, ahora, en el presente. Sólo Mi Palabra, dada a vosotros a través de estos Mensajes, os guiará a través de la persecución. Con ellos, os traigo grandes Gracias. Nunca debéis insultarme, contaminándolos, cuando desafiéis Mi Palabra, cuando comparéis Mis Mensajes con la ficción producida por falsos profetas.

No necesitas a nadie que te guíe hacia Mi Gran Misericordia. Debes concentrarte sólo en estos Mensajes y permanecer leal a Mis Enseñanzas de antaño, ahora, pues son tu gracia salvadora.

Tu Jesús