lunes, 19 agosto 2013 18:28
Volume 4dos testigos del Apocalipsiscambios en la IglesiaIsraelMadre de la SalvaciónReligión del Nuevo MundoJesús confío en tiHijos míos de todas partes - debéis escucharme a mí, vuestra amada Madre, en este tiempo de dolor. Llamo especialmente a aquellos de ustedes que tienen una gran devoción a mí, la Madre de Dios, mientras los consuelo en este tiempo de gran apostasía. Debéis aceptar esta Intervención del Cielo con buena gracia y estar agradecidos porque debido al gran Amor de mi amado Padre, se os ha dado este gran Don.
Cuando creas que la grave ola de paganismo, que pronto envolverá a la Iglesia de mi Hijo, en todo el mundo, está más allá de tu resistencia, entonces debes pedir mi intercesión. Pase lo que pase, cuando permanezcas fiel a mi Hijo, aunque se haga todo lo posible para distraerte, todo irá bien. Nunca sientas que es inútil, porque la gran Gloria de mi Hijo y la Voluntad de Dios pronto se revelarán.
No importa cuántos en la Iglesia sean conducidos a graves errores, la Palabra de Dios se extenderá como un reguero de pólvora. Los dos testigos de la Palabra de Dios - la verdadera Iglesia Cristiana y la Casa de Israel resistirán la prueba del tiempo. De sus bocas brotará fuego en forma del Espíritu Santo.
Con el tiempo, después de que la abominación de la desolación haya sido revelada, aquellos leales a la Verdad se levantarán y de ellos será el Reino de Cristo. Las mentiras siempre serán descubiertas, aunque al principio, aquellos de ustedes que han sido llenos con el Don del Espíritu Santo sufrirán tanto cuando sean testigos de la terrible profanación en las Iglesias de mi Hijo. La Verdad será vista y todos aquellos que fueron engañados al principio, eventualmente entenderán el mal, que habrá sido puesto ante ustedes.
Sólo debes confiar en mi Hijo durante este tortuoso viaje, donde serás tratado como un criminal por insistir en permanecer fiel a la Palabra de Dios. Por favor, recuerda el propio viaje de mi Hijo al Calvario. Acepta esta cruz, con amor y dignidad, ya que complaces grandemente a mi Hijo cuando llevas Su carga. A través de tu sacrificio y sufrimiento, Él redimirá a la más indigna de las almas y entonces Él podrá unir a todos los hijos de Dios.
Tu querida Madre
Madre de la Salvación