Cuando honres a Mi Madre, debes visitar sus Santuarios y rendirle homenaje allí.

Mi querida y amada hija, ningún hombre vivo podrá jamás comprender plenamente cuán astuto es Satanás. En aquellos que él infesta, sabed que nunca os darán la impresión de maldad. Al contrario, serán muy atractivos, humorísticos, autoritarios y convincentes cuando te revelen sus caminos pecaminosos, para que aceptes su engaño.

Aquellos, dentro de Mi Iglesia, que rinden homenaje al maligno y que siguen servilmente sus instrucciones, os confundirán grandemente por su santa conducta. Ellos ganarán a muchos de ustedes a sus caminos, ya que les parecerá que ellos verdaderamente me honran a Mí y a Mi amada Madre. Pero sabed que cada gesto y acto aparentemente santo camuflará un insulto ante los altares, que están designados para honrar Mi Nombre. Debéis saber que cuando honren a la bestia, presentarán ante vosotros lo que parecerán actos santos, pero serán de espaldas. Sus intenciones parecerán muy santas y respetuosas, pero no os dejéis engañar.

Cuando honréis a Mi Madre, debéis visitar sus Santuarios y rendirle homenaje allí. Los que Me aman irán a verla. Nunca deben aceptar que Mi Madre pueda ser mandada a la corte de los enemigos de Mi Iglesia.

Los otros signos que se pedirá al mundo que acepte, que parecerán honrar al Dios Trino, a Mi Madre y a todos los santos, parecerán buenos. Pero siempre os serán mostrados de otra manera por los enemigos de Dios. Cuando se presente lo inesperado, sabed que es una gran señal de la bestia, que engañará al mundo haciéndole creer que él y sus secuaces son santos.

Tu Jesús