No lo hagas nunca, porque es el único pecado que, por su hipocresía, Me repugna.

Mi querida y amada hija, mientras trato con todo Mi Poder de encender las almas de los creyentes, primero y principalmente, en estos Mis Santos Mensajes para el mundo, debo advertir a aquellos que hablan mal de Mi Santa Palabra, una vez más. Mientras busco las almas de aquellos tibios en su fe, ¿por qué aquellos de ustedes que profesan hablar en Mi Nombre, deben denunciar la Verdad, cuando les es dada por el Cordero de Dios a través de estos Mensajes?

¿Qué hombre te hablaría así, en Mi Santo Nombre y se atrevería a ponerse delante de ti? Nadie. Sólo por el Poder de Dios puede Mi Palabra serte dada a conocer en lenguaje claro.

El hombre seguirá pecando, tanto si comete pecados, que son los mismos entre todos vosotros en el mundo, como si son de naturaleza grave. Todos sois pecadores.

Un pecador nunca puede condenar a otro en Mi Nombre, a menos que sea por Mi Autoridad, a través del Acto de Confesión, que te libera del pecado, por un corto tiempo. Ningún pecador puede condenar a otro pecador en Mi Nombre, porque ese no es su derecho. Cuando condenas a otro pecador, ya sea culpable del más grave acto contra Dios, te convertirás en un alma tan ennegrecida como aquella persona a la que condenas abiertamente en Mi Nombre.

¿No sabéis cómo Me causáis Dolor y pena cuando os herís unos a otros? ¿No Me habéis comprendido en absoluto? ¿No habéis aprendido por qué morí por vosotros? A los que todavía no entendéis la Verdad, debéis escuchar ahora. Yo no os condeno por vuestros pecados, porque os amo y os perdonaré cualquier pecado, por terrible que sea. Pero cuando te declares, en Mi Nombre, igual a Mí y juzgues a otro pecador usando Mi Nombre, te condenaré a ti también.

Ninguno de vosotros, por mucho que os ame, puede juzgar a otro. Sólo a Mí, Jesucristo, me ha sido dada la Autoridad por Mi Padre para Juzgar a la humanidad - a nadie más. Si cometéis este pecado, tendréis que enfrentaros a Mi Juicio. Nunca lo hagas, porque es el único pecado que, por su hipocresía, Me repugna.

El tiempo está casi sobre la humanidad para que la Verdad sea atestiguada. No muchos, incluyendo aquellos que profesan lealtad a Mí, responderán a Mi Llamada, hasta que Mi Padre arroje muchos castigos. Tan ciegos estáis a la Verdad de la Vida Eterna, tan inmunes sois a escuchar la Palabra de Dios, que la única manera en que escucharéis es cuando los castigos caigan sobre vosotros.

Cuando te sobrevenga la primera de muchas, muchos dirán que son catástrofes naturales, pero cuando te lluevan tan rápidamente, y cuando no tengas a dónde huir, sólo entonces sabrás que es la Mano de Dios, la que te sobreviene.

Mi Padre sacudirá el mundo entero. Aquellos de ustedes, que dudan de que Él Existe, sabrán que estos eventos no pueden ser atribuidos solamente a la naturaleza. Aquellos de ustedes que creen en Mí, pero que ridiculizan estos Mensajes Divinos, se comerán sus palabras y querrán cortarse la lengua, porque pronto se darán cuenta, cómo sus viles palabras Me insultan. No sólo maldecís a Dios, sino que impedís que esta Misión Divina salve almas.

Por cada alma que Me niegues, sufrirás una eternidad. Cuando te mantengas desafiante ante el Rostro de Dios no se te permitirá hacerlo. Recuerda, por mucho que te ame, intervendré, si intentas sabotear la Obra de Dios en esta la Misión Final para salvar a la humanidad.

El tiempo para que el Libro de la Verdad sea dado al mundo ha tenido lugar ahora. Si Me sigues, pero no Me aceptas ahora, como Yo te Llamo, no te preocupes, porque Yo no te Juzgaré. Pero si tratas de impedir que Yo salve a los hijos de Dios, te golpearé.

Tu Jesús

Salvador de la Humanidad