La Torre de Babel será, una vez más, erigida y presentada como templo de Dios

Mi querida y amada hija, ¿quién puede negar Mi muerte en la Cruz? ¿Quién puede negar que Yo entregué Mi Vida para que la Verdad salvara a los pecadores en todas partes? Entonces, ¿quién de vosotros negará, cuando llegue el momento, la Verdad de Mi Iglesia en la tierra cuando sea desmontada piedra a piedra?

Se te ha dado la Verdad. Conoces Mis Enseñanzas. Entonces, conocerás Mi Iglesia por Mis Enseñanzas. Mi Iglesia en la Tierra es la Verdad. Mi Iglesia en la Tierra es Mi Cuerpo. Así que si un hombre entre vosotros flagela Mi Cuerpo, reinventa Mis Enseñanzas y os presenta mentiras, ¿me negaréis entonces?

Yo, Jesucristo, no os digo esto para dividiros. Os digo estas cosas para que honréis Mis Enseñanzas, mantengáis los Santos Sacramentos y permanezcáis firmes en la Verdad. Ningún hombre en la tierra puede cambiar las Enseñanzas de Mi Iglesia. Ningún hombre. A ninguno de vosotros se le ha dado esta autoridad para declarar nuevas doctrinas y presentarlas como Mías. Sin embargo, muchos entre ustedes Me negarán negando la Verdad, dada a ustedes hace 2,000 años. Tan faltos estáis, en el conocimiento de las cosas sagradas, que seréis ignorantes de las nuevas leyes, que blasfemarán contra Mí, cuando sean introducidas en Mi Iglesia en la Tierra.

Al igual que antes, la Torre de Babel será, una vez más, erigida y presentada como templo de Dios. Estará situada en Roma y presentará el nuevo símbolo de la nueva religión mundial única. Este símbolo se verá en el techo, en la entrada, y tendrá prioridad en el altar mayor del interior. Mi precioso Tabernáculo de oro, profanado en toda su Gloria, se sentará en el centro del altar para que todos lo vean. Este insulto significará que a la bestia se le dará la puerta abierta para invadir Mi Tabernáculo. Mi Presencia, en este momento, desaparecerá.

Millones de personas -muchas de las cuales no conocerán el significado de esta abominación- harán todo lo que se les pida y orarán ante la bestia. Nuevas vestiduras, producidas con emblemas de oro, que tendrán la apariencia de humildes sotanas, serán usadas por aquellos que sirvan en este llamado templo. El emblema de oro, que será exhibido de manera descarada, será el símbolo de la nueva religión mundial.

Las cruces desaparecerán. Mi Crucifijo no se verá por ninguna parte. Entonces, donde se vean, en algunos lugares públicos, la gente se verá obligada, por ley, a quitarlas.

La nueva torre, que honrará a Satanás, se replicará en muchos países y entonces se dará a conocer la segunda parte del engaño. La existencia del infierno será declarada públicamente, por la iglesia, como una tontería. La gente se adormecerá en un falso sentido de seguridad cuando esta mentira descarada sea aceptada por todas las iglesias. Se argumentará que Dios nunca permitiría que existiera tal lugar. Que Él ama a todos y que la existencia del Infierno fue difundida por fanáticos religiosos a lo largo de los siglos. Y así, la gente condonará incluso la existencia del pecado mortal. El pecado será tan ampliamente aceptado que la gente ya no rezará ni pedirá Misericordia, porque no será a Dios a quien reconocerán. Será a la bestia a la que entregarán sus almas y cada paso de su viaje será cuidadosamente orquestado por los enemigos de Dios.

Tu Jesús