domingo, 24 abril 2011 20:30
cómo difundir la conversióncómo ayudar a los no creyentesResurrecciónconversiónDomingo de Pascua 24 de abril de 2011 20.30 horas (20.30 horas)
Mi muy querida y amada hija, hoy es un día significativo en el que Mi resurrección de entre los muertos ha cumplido Mis promesas al hombre, que al resucitar os ayudaré a elevaros a todos hacia la Luz del Cielo. Levantaos ahora, todos vosotros, y venid hacia Mí y hacia vuestra propia salvación.
Hijos míos, debéis convertir a los demás en cada oportunidad que se os presente. Cuanto más expliquéis y cuanto más mostréis a esas almas débiles el amor que hay en vuestro corazón, entonces el resultado final se alcanzará cuando convirtáis a otra alma. Os colmaré de grandes bendiciones. Este es un regalo muy especial de Mi parte y representa un acto de gran misericordia de vuestra parte.
La conversión, hijos míos, salvará almas. Cuando se produce una conversión, ésta se propaga a los amigos y conocidos de la persona que se ha convertido. La conversión propaga la conversión. No importa si se ríen de vosotros o si os tratan como si dijerais tonterías. Se necesita mucha valentía por vuestra parte, Mis queridos y leales seguidores. Pero cada vez que os levantéis y expliquéis Mis Enseñanzas a los demás, la gente os escuchará. Aunque algunos os sonrían y parezca que no os toman en serio, en el fondo muchos escucharán lo que tenéis que decir.
Cuando el Espíritu Santo obra a través de ti durante tu trabajo, el destinatario sentirá un tirón en su corazón. Sin embargo, no sabrán por qué. Entonces tú los acercarás.
Algunas personas tardarán en responder. Pero ten paciencia. Empezarán a ceder poco a poco. Primero te harán una pregunta. Normalmente se referirá a si algo está bien o mal. Será entonces cuando la conversión arraigue. Nunca renuncies a difundir la Verdad de Mi Enseñanza. Esto no tiene que hacerse como un predicador. Más bien puede ser muy sutil. Convierte a los demás en tu vida cotidiana a través de conversaciones ordinarias. Así la gente será más receptiva.
Hijos míos, se sentirán sorprendidos, sin embargo, por la reacción de otras personas, especialmente de aquellos que viven sus vidas en la negación y la oscuridad. Su respuesta será agresiva y burlona en tono. Os preguntarán si realmente creéis en esas tonterías. Te regañarán y te insultarán. Pondrán en duda su inteligencia. Le acusarán de recurrir a la religión por dificultades personales. De vez en cuando te sentirás avergonzado y puede que te resulte difícil defenderte. Permanezca en silencio en tales situaciones. Limítate a hacer preguntas de vez en cuando.
Pregúntales: "¿Por qué te sientes así? Cuantas más preguntas les hagas, más empezarán a evaluar sus propias respuestas. No convencerás a todos de la Verdad. Sin embargo, cada intento de tu parte te elevará ante Mis Ojos.
Id ahora, hijos Míos. Conviértanse en Mi Nombre y serán agraciados con muchas, muchas gracias.
Tu amado Salvador
Jesucristo