Al igual que los ciegos no pueden ver, habrá algunos entre la Iglesia de Roma que pueden ver, pero que se negarán a reconocer la Verdad

Mi querida y amada hija, Mi Crucifixión está siendo revivida de nuevo y cada parte está conectada con el tiempo que conduce a Mi Segunda Venida.

Ahora que Mi Cuerpo - Mi Iglesia - ha soportado la flagelación, durante tantos años, a causa del espíritu del mal, la Coronación de Espinas está siendo ahora infligida sobre el liderazgo dentro de Mi Iglesia.

Cuando la tercera espina atravesó Mi Ojo Derecho, ya no pude ver a través de Él. Sólo a través de Mi otro Ojo pude ver el terrible dolor, que fue experimentado por Mi Madre. Ahora que la Corona de Espinas atraviesa la Cabeza de Mi Iglesia en Roma, sólo la mitad dará testimonio de la Verdad de las profecías predichas. La otra mitad será cegada y fallará en ver el daño, el cual será impuesto sobre cada parte de Mi Cuerpo - Mi Iglesia - en cada nación del mundo.

Así como los ciegos no pueden ver, habrá aquellos entre la Iglesia en Roma que pueden ver, pero que se negarán a reconocer la Verdad. Tan dolorosa será la Verdad, que será más fácil para estos siervos sagrados Míos tomar el camino fácil. Cobardes, elegirán el camino de la profanación antes que tomar su cruz por Mí.

Luego estarán aquellos que Me aman y esta división no los disuadirá en el plan de ayudarme a salvar almas de una muerte segura. Estas almas valientes, llenas de la gracia del Espíritu de Fuego, lucharán para preservar Mis Santísimos Sacramentos. Estos son los clérigos que alimentarán a Mi rebaño durante la persecución. Toda gracia será concedida a tales almas puras y ellas, a su vez, guiarán a Mi ejército remanente, a las puertas del Nuevo Cielo y la Nueva Tierra.

Se necesita mucho valor para aceptar la Palabra de los profetas de Dios. Nunca es fácil escuchar las Palabras de los profetas, cuyas Palabras cortan hasta el corazón del alma, como una espada de doble filo. Sus advertencias son dolorosas de escuchar, pero dulces por los frutos que producen, porque cuando la Palabra de Dios se da como un Regalo, ofrece salvación. Agarren Mi Santa Palabra, ya que es su salvavidas. Ustedes, Mis amados seguidores, están protegidos por el Sello del Dios Viviente y por eso nunca deben temer.

Vuestros enemigos os regañarán, os insultarán y puede que os persigan, pero seré Yo, Jesucristo, Quien camine con vosotros. Vosotros, Mis pocos elegidos, que respondéis a Mi Llamada, a través de vuestro sufrimiento, redimiréis a gran parte de la humanidad, a Mis Ojos.

Yo os bendigo. Os doy paz y fuerza, para que podáis seguirme sin miedo en vuestros corazones.

Tu Jesús