Mi queridísima hija, Mi Precioso Hijo, que sufrió una muerte tan cruel, en nombre de Mis hijos, se está preparando para Su Gran Misericordia.
Yo le he concedido, hasta ahora, el tiempo necesario para traer tantas almas como sea posible bajo Su Divina Misericordia sin tener que renunciar a un alma descarriada. El tiempo está muy cerca para Mi Regalo a la humanidad.
El tiempo en que Mi Hijo, el Mesías, vino a vivir a la tierra fue malgastado por la humanidad, Le rechazaron. La segunda vez, cuando Yo le conceda permiso para venir de nuevo, no será diferente. Él será rechazado.
Por eso, sólo un milagro puede salvar al género humano. Pero este milagro sólo puede ser cuando Yo, Dios Creador de todo lo que es, pueda asegurar que el libre albedrío del hombre permanezca intacto. Este Don del libre albedrío nunca puede ser interferido. Cuando una persona lo ofrece como un regalo a Mí, es el regalo más precioso y perfecto de todos.
Presentándoles la prueba de sus pecados, Mi Hijo puede animar a las almas a responder a Su llamada. Entonces, cuando se muestre remordimiento, Su Misericordia abarcará a miles de millones de almas, que nunca podrían haberse salvado de otra manera.
