Son las Misiones de los verdaderos profetas, las que causan indignación

Mi muy querida y amada hija, es Mi mayor deseo ver a los incrédulos leer Mi Santa Palabra. Incluso, si fuera sólo por unos minutos, se sentirían tentados a volver a Mi Escritura, una y otra vez.

Como Satanás engaña al mundo haciéndole creer que no existe, o que sus demonios, los ángeles caídos, no vagan libremente por el mundo, buscando refugio en los corazones y cuerpos de las personas, es desconocido para los incrédulos. Sólo cuando el hombre acepte la existencia del mal en el mundo, abrirá verdaderamente su mente para aceptar la Existencia de Dios.

Cuando los espíritus malignos vagan, buscan lugares donde puedan entrar fácilmente en un alma. Una vez dentro del alma, es muy difícil deshacerse de ellos. Se aferran a aquellas pobres almas que no tienen fe ni confianza en Dios. Atacan a Mis seguidores de forma similar y sólo sus oraciones pueden ofrecerles protección. Cuando un profeta ha sido enviado al mundo, Satanás y sus demonios harán todo lo posible para combatir el Don de la Profecía.

Tú, hija Mía, estás rodeada por los ataques de Satanás. Esto toma muchas formas. Las personas que responden a Mis Mensajes también serán atormentadas. Las dudas, en primer lugar, serán plantadas dentro de sus corazones por el espíritu del mal que entonces creará ansiedad dentro del alma. Esto los llevará a cuestionar y desafiar Mis Mensajes hasta que sus dudas se conviertan en odio.

Muchas almas con las que te asocies, sin que ellas lo sepan, estarán tentadas, constantemente, de traicionarte. Algunos extraños vendrán y os dirán que ellos también son profetas. Algunas de esas almas, que vinieron a vosotros desde el comienzo de esta Misión, con el pretexto de que también eran profetas Míos con dones especiales Míos y os mintieron, son vuestros peores enemigos. Ellos están infestados por espíritus malignos y muchos, tristemente, no se dan cuenta de esto. Aquellos siervos sagrados Míos, a quienes confiasteis y que os traicionaron, también fueron impedidos de cumplir con su deber hacia Mí, debido al espíritu de celos.

Hay muy pocos en los que se pueda confiar para trabajar con Mis profetas, por eso los auténticos tienen que trabajar solos, con sólo un puñado de personas en las que puedan confiar. Vosotros, Mis seguidores, nunca debéis sentiros heridos o insultados cuando no permito que Mi profeta se reúna con vosotros o participe en actos públicos.

Como profeta del final de los tiempos, no puedo permitir distracciones. Necesito todo el tiempo y la devoción de María.Seré Yo, Jesucristo, Quien la guíe en sus oraciones, y a través de Mis Grupos de Oración. Nunca subestimen al espíritu del mal, que crea dudas y discusiones entre ustedes, junto con la tentación de alejarse.

Reconoce las razones de esto. Es porque la guerra más grande de Satanás se está librando en este tiempo. Son las Misiones de los verdaderos profetas, las que causan indignación. Soy Yo, Jesús, Quien dirige la batalla contra el maligno y soy Yo Quien la ganará.

Tu amado Jesús