Ahora les concedo la Gracia de las Lágrimas de Amor y Conversión

Mi muy amada hija, por favor óyeme y escucha mientras revelo Mi Dolor. Mi Cabeza, cubierta de espinas, está siendo aplastada dolorosamente, mientras soporto el dolor de Mi Crucifixión, dos mil años después de Mi Tiempo en la tierra.

El Tiempo de Mi Segunda Venida está muy cerca. Que nadie dude de Mi Promesa de venir otra vez. Que nadie dude que puede ser en cualquier momento. Preparen sus almas, porque el tiempo está cerca. Mucho mejor, que se concentren en el estado de sus almas, que en el estado de su prosperidad futura.

El dolor de espinas lo están sintiendo ahora los líderes de las Iglesias Católica y Cristiana. Sufren, así, ya que están siendo alimentados a la fuerza doctrinas, dictadas a ellos por los líderes políticos, que vierten de la boca de la bestia.

A todos aquellos que atacan Mi Palabra, a través de estos Mensajes, debo advertirles que la batalla entre Dios y Satanás, al final de los tiempos, es ahora. Que Mi Padre os perdone por vuestras faltas. Que Él derrame Su Misericordia sobre sus caminos equivocados y descarriados, todos los cuales, condonan el pecado.

El dolor de la Corona de Espinas, que están siendo presionadas, en agonía, sobre Mis Iglesias Cristianas en la tierra, está siendo replicado, en este tiempo, como fue predicho. El dolor del rechazo - el rechazo de Mi Palabra, Mi Existencia y Mis Enseñanzas - está siendo sentido, no sólo por Mí, sino por todas aquellas pobres almas que Me honran, que proclaman Mi Santa Palabra y que Me aman.

Mi Corazón está entrelazado con ellos en amor y sufrimiento. Lo sabrán, inmediatamente, porque ahora les concedo la Gracia de las Lágrimas de Amor y Conversión, cuando recen esta Oración de Cruzada.

Oración de cruzada (93) Por las lágrimas de la conversión

Oh Mi amado Jesús, Tú estás cerca de mi corazón.

Soy uno contigo.

Te quiero.

Te aprecio.

Déjame sentir Tu Amor.

Déjame sentir Tu Dolor.

Déjame sentir Tu Presencia.

Concédeme la Gracia de la humildad para que me haga digno de Tu Reino en la tierra, como lo es en el Cielo.

Concédeme las Lágrimas de Conversión para que pueda ofrecerme verdaderamente a Ti como un verdadero discípulo para ayudarte en Tu Misión de salvar a cada alma de la tierra, antes de que Tú vengas de nuevo a juzgar a los vivos y a los muertos.

Amén.

Vayan Mis amados seguidores. Les prometo que les concederé la Gracia de las Lágrimas de Conversión para que verdaderamente se unan a Mi Sagrado Corazón cuando recen esta oración.

Mi Corazón os abraza, Mis queridos y leales discípulos. Yo os amo. Yo Estoy con ustedes ahora, de una manera, que encontrarán difícil de negar.

Tu amado Jesús