Sólo por el Poder de Dios existes. Sólo por el Amor de Dios vivirás para siempre

Mi querida y amada hija, te preguntarás por qué, cuando me comunico contigo, parece la cosa más natural del mundo.

A veces preguntas por qué no te sientes dominado por Mi Presencia. Yo permito esto, porque encontrarías imposible pararte ante Mi Presencia, ya que te desmayarías con el Poder de Mi Luz. Sin embargo, te permito vislumbrar un poco de esta Luz Divina, como un Regalo especial. Es porque entonces comprenderás cuán poderosa es Mi Luz, Mi Amor y Mi Espíritu.

Si el hombre fuera a vislumbrar, pero sólo una fracción de Mi Divina Presencia, estaría tan abrumado que no podría soportar la Luz, ya que lo cegaría.

Esta es la distancia que el pecado pone entre el hombre y su Creador. Cuando Mi Luz se muestra a las almas, sólo pueden ser abrazadas por Mí, en Mi Reino, cuando han sido purificadas. Sólo aquellos de ustedes que se humillan ante Mí pueden ser envueltos dentro de la Luz de Mi Misericordia. No importa cuánto afirmen amarme, deben redimirse constantemente ante Mí, si han de recibir este Don de Mi Misericordia.

A cada pecador le digo esto. No pasa una hora, cuando, en tus pensamientos, a través de tus labios y por tus acciones, no peques. Pero, cuando aceptes en silencio tu debilidad, y estés lleno de amor por Mí, y Yo pueda ver tu dolor, entonces olvidaré tus iniquidades en un instante.

Cuando Yo venga a cubrirlos con Mi Divina Misericordia, antes de Mi Segunda Venida, será para ofrecerles la purificación necesaria, para que puedan ser abrazados y llevados a la seguridad y protección de Mi Luz Divina. Mi Luz, en ese día, cubrirá la tierra. Muchos, aunque cegados por la Luz de Mi Gran Misericordia, aceptarán instantáneamente Mi Mano de Salvación.

Para ser aceptado en la Luz de Mi Misericordia, debes aceptar que el Poder de Dios es eterno. Sólo por el Poder de Dios existes. Sólo por el Amor de Dios vivirás para siempre. Aquellos que rechazan la Luz solo pueden encontrar oscuridad. La oscuridad sólo puede significar una cosa: que aceptas la vida de sufrimiento eterno que te ofrece el maligno.

Permite que Mi Luz brille sobre ti, pero primero, debes ganarte el derecho a compartir esta poderosa Luz, que te ofrece un lugar en Mi Reino, para siempre.

Te bendigo. Yo te llamo. Ven a Mí, sin miedo, porque Yo te espero pacientemente. Si tan sólo vinieras a Mí, entonces comprenderías la Verdad de Mi Promesa.

Tu Jesús