jueves, 3 enero 2013 21:10
a los apóstatasa los tibios en su fea los agnósticosllamada a la oraciónel Último DíaCrucificcióna los incrédulosamor a los vecinosla Segunda Venidapaz en el almaa los ateosMi querida y amada hija, hago un llamamiento a todos aquellos que no están seguros de si existo o no.
Me doy cuenta de lo difícil que es para ti creer en una vida, distinta de la que vives ahora. Sé que te cuesta aceptar en Mi Presencia Divina. Sin embargo, sabe que cuando amas a alguien, que la Presencia de Dios, en tu alma, permite este Regalo. Usa este amor para llamarme y Yo hablaré a tu corazón.
Esta es una época en la que, muy pronto, sabrás, instintivamente, que muchos acontecimientos en el mundo están siendo causados por el mal presente en los corazones de los hombres con crueldad en sus almas.
Este es el tiempo en que haré oír Mi Voz entre vosotros. Hablo a través de Mis profetas para iluminaros y mostraros el Amor que os tengo. No te alejes de Mí. Hay una chispa de reconocimiento para Mí dentro de tu alma. Ahora es el momento para que reflexiones sobre tu futuro, porque debes saber esto. Sin Mí, sin Mi Amor y Mi Misericordia, nunca encontrarás la paz.
Yo Soy la Verdad. Traigo noticias, que pueden no sentarte cómodamente, pero digo la Verdad. La Verdad es difícil, al principio, de aceptar porque revela tanto lo malo como lo bueno. La gente sólo quiere ver el lado agradable, pero muy a menudo, el exterior de cálidas amabilidades simplemente encubre la Verdad. Muchos no pueden saborear la Verdad -la Existencia de Dios, el Creador de todas las cosas- y, sin embargo, están dispuestos a aceptar las falsedades que se les presentan.
Son formas pasajeras de excitación y carecen de sentido. Consiguen distraerte y darte una falsa sensación de seguridad. Pero no tienen sustancia.
Recuerda, tu tiempo en la tierra es simplemente una forma de exilio, provocado por el pecado.
Vine a salvar a la raza humana del pecado, cuando vine la primera vez. Lamentablemente, no fui bien recibido. Fui asesinado y morí en la Cruz antes de poder reclamar Mi Reino. Ahora vendré de nuevo, como fue predicho, para reclamar el Reino, prometido a Mí por Mi Amado Padre. Esta vez, os prepararé a todos para este acontecimiento, porque os prometo ahora, el regalo más grande de todos.
Tú eres hijo de Dios, lo aceptes o no. Eres muy amado. Yo te iluminaré, si vienes a Mí y me pides que te ayude. No hay nada que temer, porque Yo soy tu amado Jesús, y por ti, morí una muerte de gran sufrimiento. Tu propio sufrimiento, en el que vagas perdido, en la confusión, y en el que te resulta imposible encontrar la paz, está a punto de terminar.
Ven, sígueme. Tengo grandes planes y Mi Divinidad será probada a todos. Incluso aquellos que continúan rechazándome serán presentados con la Verdad, cuando Mi Gloriosa Segunda Venida sea presenciada por más de siete mil millones de personas.
Nadie negará entonces que Yo Existo. Les parecerá imposible, pero muchos se negarán a aceptar el Nuevo Reino, que Yo desvelaré para todos los hijos de Dios.
No os apartéis, pues deseo salvaros y llevaros, a vosotros y a toda la humanidad, a la herencia para la que todos habéis nacido.
Tu amado Jesús