viernes, 28 diciembre 2012 6:05
a expertos en la Sagrada Escriturael orgullo ciegasimplicidad claveadvertencia para el cleroguía de Diosa los que no creen en los MensajesBibliahumildadoración de discernimientointeligenciaorgulloal clerointerpretación torcida de la BibliaMi querida y amada hija, es sólo cuando tu corazón está verdaderamente abierto a Mí que puedes experimentar Mi Luz y reconocer la Verdad.
Muchos dicen que han pedido el Don del discernimiento y que han orado al Espíritu Santo para recibirlo. Sin embargo, no a todos los que piden se les da el discernimiento que necesitan para recibir este precioso Don. Sin embargo, dirán que lo han recibido. Entonces Me insultan afirmando que Mi Santa Palabra los hace sentir incómodos. Afirman que sus preocupaciones deben significar que Mis Santos Mensajes vienen del espíritu del mal.
A aquellos de ustedes que orgullosamente proclaman que su interpretación torcida de Mi Santa Palabra, dada a ustedes a través de estos Mensajes, es falsa, tengo esto que decirles.
¿Cuándo fue la última vez que viniste desnudo ante Mí? ¿Sin la pantalla del orgullo protegiéndote? ¿Cuándo viniste ante Mí, de rodillas, llamándome para que te guiara de verdad, sin que antes te taparas los oídos negándote a escuchar? ¿No sabes que sólo te iluminaré con el Don del discernimiento cuando vengas ante Mí sin ninguna visión preconcebida propia? No podréis liberaros de las cadenas del orgullo intelectual, que os ciega a la verdad del conocimiento espiritual, hasta que os despojéis de todo orgullo humano.
A aquellos de entre vosotros que pasáis años estudiando las Sagradas Escrituras, y que os consideráis bien versados -y por tanto más dignos de definir Mi palabra- debéis pensarlo de nuevo.
El conocimiento del Libro de Mi Padre no te califica más que al mendigo en la calle, sin educación en asuntos espirituales. El conocimiento puede muy a menudo cegarte a la Verdad. El conocimiento basado en tu propia interpretación humana del Libro de Mi Padre no significa nada cuando se trata de entender la Palabra de Dios.
Aquellos de ustedes que se jactan de sus caminos aprendidos siguiendo las Sagradas Escrituras de Dios, y luego usan esto para negar Mi Palabra dada al mundo hoy, son culpables de pecado. Tu pecado es el pecado del orgullo. Me ofendes porque tu orgullo vale más para ti que el amor por Mí, en su forma más simple.
El amor por Mí, tu Jesús, viene del corazón. Las almas dignas de Mi Reino reconocen Mi Voz rápidamente. Las almas que desafían Mi Palabra y animan a otros a rechazarme exteriormente están influenciadas por el espíritu del mal. Vosotros Me repugnáis. Vuestras viles voces, donde gritáis y declaráis orgullosamente vuestra valía, basada en vuestro conocimiento de las Sagradas Escrituras, serán silenciadas.
Mi paciencia no tiene fin, pero para aquellos de ustedes que se paran frente a Mí y dañan Mi Plan de Salvación, con intención deliberada, serán arrojados al desierto en un abrir y cerrar de ojos.
Tu Jesús