Yo morí por ti. Por eso debes confiar en Mí ahora

Mi muy amada hija, debo advertirte que la crítica aumentará contra ti y Mi Palabra, dada a ti en este tiempo.

No debes permitir que distracciones o dudas te impidan impartir cada una de las Palabras que te doy. El hombre nunca debe dudar de las profecías transmitidas desde el día de Moisés. Ninguna profecía contiene falsedades.

Ahora que revelo al mundo los secretos y Mis planes para la humanidad, ocultos a vosotros, hasta ahora, no os apartéis. Porque os presento ahora muchas cosas aún por venir, de las que vosotros, Mis discípulos, debéis estar informados, para que no dejéis de prepararos para Mi Glorioso Retorno.

Que nadie se niegue a sí mismo el don que traigo de la vida eterna. Aquellos entre vosotros, afortunados de entrar en la Nueva Era cuando el Cielo y la Tierra se conviertan en uno, deben seguir el Camino de la Verdad.

Ahora es el momento para que tu fe en Mí, tu Salvador, sea verdaderamente desafiada y probada. Pronto serás intimidado a rechazar Mis Mensajes. Todo esfuerzo será hecho para forzarte a rechazar Mi Palabra y declarar la Verdad como herejía.

Volved vuestras mentes ahora a Mi Nacimiento. A las Enseñanzas que di a la humanidad para que aprendieran a preparar sus almas. Al Sacrificio hecho por Mi Muerte en la Cruz para salvar las almas.

Yo morí por ti. Por eso ahora debes confiar en Mí.

Yo Soy la Luz, que ilumina el camino que debes recorrer. A ambos lados de este camino, los espíritus malignos tirarán de ti, te atormentarán, intentarán que vuelvas por donde has venido y te adentres en la oscuridad. Lo harán a través de las burlas de otros que te apartarán por tu lealtad a estos Mensajes.

Debes permanecer en meditación silenciosa, leer Mi Palabra y sentir Mi Presencia. Permite que Mi Espíritu Santo calme tu corazón y siente que Mi Amor te envuelve. Cuando tu dolor se intensifique, debido a esta Misión, debes saber que estas en completa unión Conmigo, tu Jesús.

Nunca te rindas. No rechaces Mi Mano de Misericordia. Permíteme abrazarte para darte el valor necesario para continuar en este viaje Conmigo hasta el día en que Yo venga a recompensarte.

Tu amado Jesús