La llama del amor apaga el fuego del odio

Mi querida y amada hija, sólo cuando eres el blanco del odio puedes comprender verdaderamente el poder que el maligno tiene sobre la humanidad.

El odio es provocado por Satanás, que lo utiliza para tentar a las personas a que se vuelvan contra sus hermanos y hermanas.

El odio engendra odio, cuando una persona odia a otra y suele estar causado por la ira.

La ira puede surgir como resultado de una diferencia de opinión. Si no se controla, puede convertirse rápidamente en odio.

Cuando alguien ataca a otra persona, organización o nación por una diferencia de opinión, puede desencadenarse un torrente de odio en un breve espacio de tiempo.

Por eso insto a todos los que se encuentren en el punto de mira de esa ira a que mantengan la dignidad en todo momento. Incluso cuando alguien te insulta, cara a cara o a tus espaldas, debes tener cuidado de no enfrentarte a él. Si lo haces, caerás en la tentación de pecar.

Satanás anima a la gente a enfadarse. Luego utiliza la ira para crear ira en la siguiente persona, y así continúa hasta que el odio se inculca en ambas partes.

Él, el maligno, inspira odio para poder causar división.

La división es lo contrario de la unidad. La unidad es una gracia de Dios. Cuando las personas están unidas como una sola y se respetan mutuamente, el amor está presente. El amor es Dios, así que Dios ha inspirado esta unidad.

Satanás utiliza el odio para provocar la división de las naciones, la ruptura de los matrimonios, los asesinatos y el desarrollo de la delincuencia. Cuando Satanás haya sido conquistado, el odio será finalmente desterrado y no volverá a existir en el mundo.

El amor puede acabar con el odio. Cuando una persona se enfada contigo, debes intentar responder con amor. Puede que te resulte muy difícil hacerlo pero, con Mi ayuda, descubrirás que el odio se diluirá rápidamente.

La llama del amor apaga el fuego del odio. Lo anula. El amor es Dios y, como Dios tiene un gran Poder sobre la bestia, entonces ésta es la solución para expulsar a la bestia de vuestras vidas.

Hace falta mucho valor para levantarse, como víctimas, contra el odio. Si hacéis lo que os pido y me invocáis para que os dé valor, podréis vencer el odio.

Tu Jesús