jueves, 22 noviembre 2012 19:00
Dios y sus hijostraslado al Nuevo Paraísooración por los enemigos de esta Misiónel Libro de la Verdada los que no creen en los MensajesBibliael Sello de Dios vivoluchar contra esta Misiónla AdvertenciaNuevo ParaísoarroganciaEl amor de DiosLa verdad de DiosMandamientos de DiosMi queridísima hija, la Luz de Mi Amor cae hoy sobre la tierra, con la esperanza de que los corazones de Mis hijos puedan ser conmovidos.
Para aquellos que no Me conocen, y hay muchos que tienen miedo de acercarse a Mí, debéis saber que deseo llevaros al Reino de Mi Hijo.
Yo Soy el Dios del Amor y el Dios que te legó el Don de la Salvación.
No debes desechar este Regalo, pues fue dado a la humanidad para que pudiera unirse de nuevo y disfrutar del Paraíso, que Yo creé para ella en primer lugar.
Este es el tiempo para el día del Señor y ustedes, hijos Míos, están siendo preparados para este gran día.
El tiempo de Mi Divina Intervención, para que podáis ser salvados y podáis entrar por las puertas del Reino de Mi Hijo, va a tener lugar pronto.
Cuando las profecías predichas en Mi Libro Sagrado comiencen a tener lugar, finalmente aceptarás la Verdad.
La Verdad que he prometido a la humanidad para estos tiempos te está siendo dada ahora.
¿Por qué, te preguntarás, necesito que a Mis hijos se les dé de nuevo la Verdad de Mi Santa Palabra?
Es porque muy pocos creen en Mi existencia en el mundo de hoy. Ya no prestan atención a Mis Diez Mandamientos.
La arrogancia ha reemplazado a la humildad entre Mis hijos, incluyendo a muchos siervos sagrados que fueron designados para impartir la Verdad. Muchos ignoran la Verdad de Mi Palabra y aún más nunca se les ha enseñado el significado de su existencia en la tierra.
Tantas almas pueden ahora ser redimidas debido a Mi Amor y Yo, por lo tanto, te he dado instrucciones, a través de Mi amado Hijo, en cuanto a lo que se espera de ti.
Abraza la Verdad. Recuérdales a los que están cerca de ti de Mi Gran Amor por Mis hijos.
Como cualquier buen Padre, advertiré a Mis hijos de los peligros a los que se enfrentan. Nunca permitiré que caminen ciegamente en la red de engaño, que ha caído sobre la humanidad, como la red de un pescador sobre un banco de peces desprevenidos.
No permitiré que pongan zancadillas a las Palabras de Mi Hijo aquellos que intentan impedir que se escuche Mi Santa Palabra. Tampoco dejaré, en Mi deber, de advertir a Mis hijos de los castigos a los que se enfrentarán si continúan ofendiéndome con su trato a los demás.
Yo Soy vuestro Padre. Soy responsable de reunir a Mis hijos de nuevo y usaré todo lo necesario para salvar a Mis hijos del daño.
Cada táctica, cada truco será usado por Satanás y sus dedicados seguidores para evitar que escuches la Verdad.
Esto prometo solemnemente. Serás llevada rápidamente a Mis Brazos y a la protección de la Gran Misericordia de Mi Hijo.
La batalla por las almas ha comenzado, aunque puede que esto no sea evidente para muchos de ustedes.
Para que puedas disfrutar de Mi Nuevo Paraíso en la tierra, debes aceptar Mi Mano, ya que se extiende hacia ti. No temas porque Yo cubro con Mi Sello a todos aquellos que Me honran a Mí, su Padre Eterno y a Mi Precioso Hijo.
Atiende mi llamada. Sé fuerte. Cierra tus oídos a los susurros de la bestia mientras usa esas almas, que están manchadas con el pecado del orgullo, para alejarte de Mí.
Te ofrezco el futuro más perfecto. No debéis rechazar este Paraíso porque es vuestra herencia. ¿Cuántos de vosotros rechazaríais una herencia de gran riqueza en el mundo? Muy pocos. No cometáis el error de dar la espalda a este Don.
Cualquiera que intente detenerte necesita tus oraciones, porque amo a todos Mis hijos.
Yo, vuestro Padre, me aseguraré de que Mi gran plan, anunciar la Segunda Venida de Mi Hijo, no se retrase.
Ven a Mí, a través de Mi Hijo, y nada te faltará. Os amo. Lloro por muchos de vosotros, demasiado obstinados para ver que ésta es, en verdad, la llamada del Cielo, prometida para prepararos para la Nueva Era de Paz.
Tu amado Padre
Dios Altísimo