miércoles, 24 octubre 2012 21:11
Volume 3a los enemigos de la Misiónluchar contra esta MisiónJesús Salvadororación de discernimientoal cleropreparación para la persecuciónEl amor de DiosMi querida y amada hija, es importante que no escuches a aquellos que atacan Mi Santa Palabra.
Tapad vuestros oídos a los intentos, que ahora se harán, especialmente, los de aquellos que dicen ser teólogos católicos, de rechazar Mis santísimos Mensajes.
Como os he dicho, los mayores ataques provendrán de aquellos de la Iglesia Católica que dicen conocerme, pero que no entienden el Libro del Apocalipsis, ni los secretos que contiene.
No pueden conocerlas, porque yo, el Cordero de Dios, aún no las he revelado todas.
Cómo Me frustran. Cómo Me hieren. Por cada burla cruel que infligen a Mis Mensajes, clavan otro clavo en Mi Cuerpo.
Por cada instrucción que doy, para el bien de todas las almas, que rechazan con vehemencia, Me crucifican de nuevo.
Sin embargo, no importa cómo Me lastimen, pues moriría mil veces con tal de salvar a otra alma.
Podrán desestimar Mis Mensajes; ridiculizarte, hija Mía, y rechazarme, pero no impedirán que la Voluntad de Mi Padre se cumpla finalmente.
Estas pobres almas creen, a veces, que se están comportando responsablemente al decirle a la gente que no acepte Mis Mensajes.
Lo que están haciendo es impedir que la Palabra de Dios sea presentada a los hijos de Dios. Si continúan haciendo esto serán silenciados por la Mano de Mi Padre.
Ningún hombre me detendrá en mi búsqueda por salvar almas.
A aquellos siervos sagrados que persisten en bloquear Mi Palabra para que no sea escuchada, sepan esto.
Tus constantes palabras y tus acusaciones blasfemas te despojarán de las gracias que te han sido concedidas en tu vocación. Si no me invocas en la oración para obtener las respuestas que necesitas, no podré ayudarte.
Nunca debes rechazar revelaciones privadas sin las cualificaciones o la humildad requeridas. Aun así, nunca podrás juzgar tales afirmaciones. Guarda silencio.
Oren por el don de discernimiento en todo momento. De lo contrario serás encontrado culpable del peor crimen a los Ojos de Mi Padre - el crimen de impedirle salvar almas, a través de la Santa Palabra de Su Hijo.
Tu Jesús