Se ataca al cristianismo por una razón principal

Yo soy tu amado esposo místico, el Hijo del hombre, nacido de la Virgen María Inmaculada.

Mi querida y amada hija, cada horror que presencié en el Huerto de Getsemaní, cuando fui burlado, por el maligno, se está desarrollando en el mundo ahora, justo ante Mis Ojos.

La gente, en todas partes, ha perdido la fe. Vagan en un mar de confusión, y en un estado de apostasía, nunca antes presenciado en el mundo a tan gran escala.

El amor mutuo ha muerto.

El respeto de las necesidades ajenas ya no se considera un rasgo admirable.

La codicia, la lujuria y la envidia controlan las mentes de muchos en el mundo de hoy. Fríos de corazón, ya no valoran la vida en sí misma y no piensan en el asesinato. Se da por sentado.

El cristianismo está siendo atacado por una razón principal. Es para permitir que las leyes, que condonan el pecado, se introduzcan, con facilidad, en sus países.

La obsesión por las falsas religiones y los falsos ídolos es galopante.

Mi Iglesia se está derrumbando, y Mis siervos sagrados no están, en su mayoría, enfatizando el peligro del pecado y la verdad de la vida eterna.

El odio, la guerra, la codicia, la lujuria, la envidia y el amor propio están unidos en un estado falso, un estado que no se parece en nada a la Verdad de Mis Enseñanzas.

Supe entonces, en el Huerto de Getsemaní, que Mi Muerte en la Cruz, no sería vista por lo que era, por esta generación de hoy. Este fue el dolor, que desgarró Mi Corazón como una espada.

El Sacrificio que hice por el hombre, para redimirlo a los Ojos de Mi Padre, hoy no es reconocido. Cuánto han olvidado. Cuánto no se les ha dicho. Todo esto tiene que ver con el pecado de la tolerancia, presentada al mundo como algo bueno.

Las guerras y el odio se extienden como un virus, ya que son planeadas por el maligno. El dolor de Mis seguidores se unirá a Mi dolor para presenciar las obscenidades, que serán vomitadas por aquellos líderes de Gobiernos, que siguen las mentiras incrustadas en sus almas por Satanás.

Satanás y sus demonios son muy poderosos. Nunca creas ni por un minuto que es fácil aflojar el agarre que tienen sobre una persona que les ha permitido infiltrarse en sus almas. Ellos no se rendirán fácilmente e impedirán que las almas que quieran acudir a Mí, su Jesús, en busca de ayuda, haciéndolas indefensas.

A estas almas les resultará tortuoso rezar. Las palabras no saldrán de sus bocas. Sentirán una aversión total a los pensamientos sobre Mí. Por mucho que lo intenten, será una tarea ardua.

A los que dicen que son buenas personas, que no hacen daño a los demás, pero, que no Me aceptan a Mí, Jesús, en sus vidas, sepan esto. Tú no eres un seguidor de Cristo. Si no venís a Mí, no podréis ser aceptados en el Reino de Mi Padre.

Entrar en el Reino de Mi Padre requiere preparación. Satanás puede moverse tan rápidamente para distraer a las almas que muchos son tomados desprevenidos.

Estos tiempos de gran inquietud en el mundo, y la falta de conciencia de Mi Padre, Dios el Creador de todas las cosas, sólo puede resultar en una cosa.

Catástrofe. Los castigos se derramarán sobre el mundo para salvar a la humanidad, para purificarla.

Si la gente se niega a escuchar, no oirá la Verdad.

La Verdad salvará, no sólo sus vidas en la tierra, sino que les dará la Vida Eterna.

No aceptar la Verdad resulta en la muerte, tanto del cuerpo como del alma.

Ha llegado el momento de que la humanidad tome una decisión. No puedo obligarles a seguirme. A pesar de todos los dones, gracias y milagros que se les concederán, seguirán dándome la espalda.

A pesar de toda Mi Gran Misericordia, algunos seguirán eligiendo la muerte, en lugar de la vida.

Tu Jesús