miércoles, 26 septiembre 2012 22:12
Volume 3oración por los que se enfrentan a la muerteInfiernomuertealma de víctimapenitenciaPurgatoriotáctica de satanásel papel del sufrimientoDivina MisericordiaMi muy amada hija Yo te permito este intenso sufrimiento físico para salvar más almas hoy. Ofrece este dolor por aquellas almas seleccionadas que debes ayudarme a salvar. Este dolor no durará mucho pero cuando seas aliviada sabe que muchas almas fueron salvadas de los fuegos del Infierno y ahora están en el Purgatorio esperando la purificación.
Como alma víctima debes aceptar que puedo permitirte momentos de sufrimiento para ayudar a salvar las almas de los hijos de Dios. Algún día conocerás a estas almas y entonces comprenderás cuánta felicidad trae esto a Mi Padre. Debes saber que cuando sufres, Yo sufro contigo para aliviar tu dolor. No estáis solos. Cuando sientes que no puedes respirar, es la misma sensación de asfixia que sienten las almas que, después de la muerte, se enfrentan a los humos de los fuegos del Infierno.
Si la gente conociera la Verdad de la vida después de la muerte. Después de que el alma abandona el cuerpo, esté o no en estado de Gracia, Satanás atormenta mediante el poder de la seducción. Intenta, incluso entonces, atraer a las almas hacia él. La oración por estas almas es muy importante.
Yo atraigo a las almas hacia Mi Luz. Pero sólo aquellos que están en Estado de Gracia pueden resistir el Poder de Mi Luz de Misericordia. Si no son puras de alma, entonces deben ser purificadas en el Purgatorio.
Hay, hija Mía, muchas capas en el Purgatorio y, dependiendo de los pecados cometidos por el alma, se llenarán con el Fuego purificador del Espíritu Santo.
El purgatorio es doloroso para el alma y los que tienen que pasar un tiempo allí lo sienten como un dolor físico, como si aún estuvieran vivos.
Que nadie subestime los sacrificios necesarios para mantener sus almas en un estado digno del Reino de Mi Padre.
Mi Padre ama a todos Sus hijos pero las almas deben ganarse el derecho de ser dignas de entrar en el Reino de Mi Padre. Para ser dignas deben redimirse a Mis Ojos mientras aún están vivas. Deben expiar sus pecados con un corazón sincero.
Incluso a punto de morir, un pecador puede acogerse a Mi Gran Misericordia pidiéndome que le perdone sus pecados. Yo lo arrebataré y lo tomaré en Mis Brazos. Entonces derramaré Mi Misericordia sobre él y luego lo llevaré de la mano a las Puertas del Paraíso.
El pecado puede ser perdonado cuando estás vivo. No después de la muerte.
Tu Jesús