miércoles, 5 septiembre 2012 14:30
Volume 3CristianismoCruzada Oracioneshumanizmapostasíaateísmooraciónpersecuciónsinabortoasesinatoegoísmoley pecaminosaApocalipsisMi querida hija nación tras nación está pasando por una transición en estos momentos.
Ninguna nación puede dejar de comprender que se avecinan grandes cambios.
No sólo empiezan a cambiar las leyes que rigen sus países, sino que la fe que una vez tuvieron parece haberse evaporado.
Menos sacerdotes, menos servidores de Mi Iglesia Cristiana, se presentan para defender las Leyes de Dios.
Tampoco gritan su lealtad a Mí. En cambio, sus voces no son más que susurros en medio del ruido de voces, que despotrican y promueven el amor propio.
La Palabra de Dios está siendo devorada por las voces de los ateos que disfrazan sus voces tras el manto de las leyes gubernamentales, que están siendo enmendadas en nombre de la llamada Justicia, tolerancia, por el bien de todos.
Las mentiras que se presentan ante ustedes están diseñadas para destruir no sólo la Palabra de Mi Padre, sino el Cristianismo en todo el mundo.
La apostasía se ha extendido como un reguero de pólvora y casi ha alcanzado el punto de ruptura.
Ha llegado el momento de la intervención de Dios. Basta de mentiras.
El Rey de la Mentira engaña a los hijos de Dios en todas partes. No sigan a sus gobiernos que proclaman que la Palabra de Dios es mentira.
No acepten nuevas leyes, que condonan el pecado mortal. Luchad todos. Defended lo que es justo.
No permitáis que las leyes, promovidas por el Rey de la Mentira, os atrapen a vosotros y a vuestras familias en un pozo sin fondo.
Si permitís leyes que prohíban la práctica de vuestra fe, sufriréis. Vuestras almas carecerán de alimento y os alejaréis de Mí.
Pero si aceptas el asesinato y el aborto y no te levantas contra ese mal, entonces tu país será castigado por la Mano de Dios.
Mientras la apostasía sigue extendiéndose por todas partes, la conversión crece por otro lado y pronto ambas chocarán frontalmente.
Se producirá un gran enfrentamiento y el hombre se separará del hombre. Hermano contra hermano. Vecino contra vecino.
Habrá dos bandos. Los que aman a Dios y los que no.
Daré a cada alma la oportunidad de decidir a qué bando desea pertenecer, con la esperanza de que Me elija a Mí, su amado Salvador.
Vosotros, discípulos Míos, con vuestras oraciones, especialmente con el rezo de las Letanías de la Gracia de la Inmunidad, podéis traerme más almas.
Entonces arrebataré a los buenos a Mi Seno como se predijo y en un abrir y cerrar de ojos serán llevados a un lugar seguro.
Mi Promesa es salvar a la humanidad.
Pero la elección final dependerá del libre albedrío de cada alma.
Tu Jesús