Esta es la responsabilidad que os doy, discípulos míos, de convertir a las almas que más anhelo.

Mi muy querida hija Mi Amor por Mis discípulos, que han respondido a Mis Mensajes, ha hinchado Mi Sagrado Corazón a tales proporciones que ahora estallará con una abundancia de Gracias.

Mis Gracias se derraman sobre ustedes Mis amados seguidores en este momento.

Se te están dando para fortalecer tu resolución de difundir Mi Santa Palabra.

Mis Mensajes del Cielo nutrirán a las almas, incluso a las más ennegrecidas, con el oxígeno que necesitan para sobrevivir a la oscuridad vertida sobre el mundo por Satanás.

Su influencia invisible, pero poderosa, debilita incluso a los creyentes más fuertes que empiezan a dudar de su fe.

Cuando te doy estas Gracias lo hago por una razón.

Vosotros, Mis discípulos, sois el ancla hacia la que se dirigirán todas las almas que vagan sin rumbo en la confusión. Aunque al principio no os escuchen, debéis perseverar.

Entrégueles ejemplares de Mis mensajes y Mis oraciones de cruzada y aléjese en silencio.

Ellos serán tocados de alguna manera por Mi Espíritu Santo. Si no los aceptan, les será difícil simplemente alejarse y olvidarse de ellos. No, volverán por Mí.

Algunos volverán a regañadientes. Les picará la curiosidad.

Algunos volverán con la vista puesta en intentar desestimar estos Mensajes e intentarán convencerte de que hagas lo mismo.

Otros volverán para discutir contigo, burlarse y desafiarte.

Otros os dirán que estas Palabras no vienen de Mí y esto os romperá el corazón.

Pero luego vendrán los conversos. Los que vendrán corriendo hacia ti con pura alegría en sus corazones pidiendo más.

Serán estas almas las que harán que todo valga la pena.

Sin embargo, es por las almas oscuras por las que debes rezar más y es por ellas que derramo Mis Gracias sobre ti para que ayudes a salvar sus almas. Porque sin tu ayuda no hay esperanza para ellas.

Esta es la responsabilidad que os doy, discípulos míos, de convertir a las almas que más anhelo.

Tu Jesús