Al declarar que la Voz del Espíritu Santo es mala eres culpable de una blasfemia de proporciones de tal magnitud

Mi querida y amada hija, cuando la gente me pregunta qué quiero decir con la Palabra de Dios, déjame explicarte.

La Palabra de Dios, tal como está contenida en la Santa Biblia, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, la Palabra de Dios, la Verdad, está siendo dada al mundo a través de estos mensajes por el Don del Espíritu Santo.

Estos mensajes están siendo presentados por la Santísima Trinidad y son los únicos de su tipo jamás entregados a la humanidad por un profeta.

La razón es que esta es la última misión, la forma final de comunicación e intervención Divina que se presenta al mundo debido a Mi Segunda Venida.

Nunca interfieras con el Poder del Espíritu Santo porque esto es un pecado muy grave.

En estos mensajes la Voz del Espíritu Santo está siendo derramada para salvar a la humanidad de la condenación eterna.

Puedes negarme a Mí, a tu Jesús o a los mensajes Divinos que te ha dado Mi Amada Madre y serás perdonado.

Porque todos ustedes tienen el derecho de discernir tales Mensajes Santos debido a su don de libre albedrío.

Sin embargo, cuando rechazas al Espíritu Santo y blasfemas públicamente contra él, esto es un pecado eterno y sólo un milagro, sancionado por Dios Padre, puede salvar tu alma.

Debes permanecer en silencio si tienes dudas sobre cualquier mensaje Divino dado al mundo y rezar por el vidente. Reza y sigue tu fe y continúa honrando a Dios. Es muy importante que hagas esto.

Al declarar que la Voz del Espíritu Santo es mala eres culpable de una blasfemia de proporciones de tal magnitud que se considera un pecado imperdonable.

Necesitas pedirle a Dios que te perdone ahora, porque si continúas montando campañas deliberadas para bloquear la Voz del Espíritu Santo, la Voz de la Santísima Trinidad y declararla como un espíritu maligno, no lo harás, ni podrás ser perdonado, porque esto es un pecado grave.

Muchos cristianos bienintencionados echan por tierra esta obra. Los mensajes, dicen, no se ajustan a las Sagradas Escrituras.

Cuando dicen esto no conocen la Verdad, que está contenida en la Santa Biblia.

O bien atacan estos mensajes basándose en habladurías de otros que afirman conocer la Verdad, o bien los declaran falsos basándose en su interpretación errónea de la Verdad.

Peor aún, tergiversan la verdad y comparan estos mensajes con nuevas y ridículas interpretaciones de la Santa Biblia.

Escúchame ahora, tu Jesús, mientras te digo esto.

Los sumos sacerdotes en Mi tiempo en la tierra trataron de torcer la Verdad de las Leyes de Dios para justificar su rechazo hacia Mí.

Usaron mentiras para impedir que la gente escuchara Mi Voz.

Me declararon mentiroso, falso profeta y me acusaron de herejía.

Blasfemé contra las Leyes de la Iglesia, dijeron, y violé el Sabbat al celebrar la Comida Pascual en un día diferente al que ellos consideraban correcto.

No sólo Me malinterpretaron, sino que Me rechazaron abiertamente porque no estaban preparados para acoger al Verdadero Mesías en aquel tiempo.

No estaban preparados.

Nunca pensaron que presenciarían la llegada del Verdadero Mesías durante su vida.

Tan enfrascados estaban en sus ceremonias, en sus reglamentos jerárquicos -que en aquel tiempo exaltaban a sus líderes y los colocaban en pedestales como los verdaderos reyes de su iglesia- que no tenían espacio en sus corazones para Mí, el Redentor de la Humanidad.

Lo mismo ocurrirá de nuevo cuando prepare al mundo para Mi Segunda Venida.

Los fariseos no podían entender la importancia de la humildad.

No podían aceptar cómo trabaja Dios en el sentido de que no exalta a los poderosos o a los líderes religiosos más experimentados de Su Iglesia para desvelar Sus planes, o advertir a Sus hijos.

Dios eligió a los ignorantes, a los humildes y a los generosos de corazón para entregar Sus advertencias a la humanidad.

Él levantó a los débiles y los eleva, a través del sufrimiento, para que lleguen a ser puros de corazón, de modo que Él pueda manejar la forma en que se comunica con ellos. De este modo, es improbable que el orgullo humano, por parte del profeta, interfiera con la Verdad.

Rechazaron a Juan el Bautista y lo asesinaron. Asesinaron a los profetas de antaño. Atormentaron a las almas elegidas, a través de las cuales Dios se comunicaba.

En su mundo actual, ¿cree que será diferente?

¿Aceptaréis hoy la Palabra de Dios vosotros, devotos seguidores Míos, y aquellos que dicen ser expertos en Mis Iglesias Cristianas u otras que creen en Mi Padre Eterno?

No. Harás exactamente sobre los profetas, los verdaderos profetas como se ha hecho con ellos desde el principio. Los vilipendiarás en el Nombre de Mi Padre.

Pero recuerda esto. Cuando la Verdad te sea finalmente revelada, no habrá vuelta atrás si eres encontrado culpable del único pecado eterno. Eso es si blasfemas contra el Espíritu Santo.

Si blasfemáis contra Mí, Jesucristo, seréis perdonados.

Si niegas el don de profecía tú también serás perdonado.

Pero si bloqueas el plan final de salvación ridiculizando abiertamente y reuniendo a creyentes de Mi Iglesia para proclamar consistentemente que la Voz del Espíritu Santo es falsa y malvada, sufrirás la condenación eterna.

Tu Jesús