domingo, 15 julio 2012 15:45
el orgullo ciegasimplicidad clavedivisión de la humanidadrechazo del cleroRegalo de salvacióndolor del salvadororación por el valorluchar contra esta MisiónCrucificciónfariseosla Segunda Venidasobre esta Misiónal cleroEl Ejército RemanenteLa estancia de Jesús en la Tierrala verdad puede causar miedo y odioHija mía, el dolor soportado por mi Hijo y sus discípulos durante el tiempo de su misión en la tierra es idéntico al que han de soportar sus seguidores mientras se prepara para venir de nuevo.
Durante su estancia en la tierra, mi Hijo se enfrentó a grandes obstáculos. Muy pocos estaban dispuestos a escucharle en su propia comunidad.
Los responsables de los templos y las sinagogas le trataban con desprecio y le miraban mal.
Sin embargo, fue acogido por la gente sencilla y su palabra fue aceptada porque podían ver la Verdad que decía.
Su Palabra creó temor e incertidumbre en muchos sectores, pero pocos pudieron ignorar la sabiduría de sus enseñanzas.
Mi Hijo creó la división aunque esa no era Su intención.
Su comportamiento sencillo hizo que pocos aceptaran que era el Hijo de Dios.
Muchos se preguntaban cómo era posible que el Hijo del Hombre fuera un hombre tan sencillo y ordinario.
Lo negaron porque pensaban que el Mesías sería majestuoso, orgulloso y que llamaría la atención en las altas esferas de la iglesia.
Mi Hijo no pudo hacer que los que estaban a cargo de la iglesia en ese tiempo lo escucharan. Su orgullo les impedía escuchar la Verdad.
Lo mismo sucederá ahora cuando mi Hijo prepare al mundo para su Segunda Venida.
La Iglesia de mi Hijo en la tierra no escuchará esta vez, aunque saben cómo fue tratado mi Hijo la primera vez.
Esta vez Su Santa Palabra, dada a usted el profeta de los últimos tiempos, no será aceptada en la Iglesia de mi Hijo en la tierra.
La Iglesia de mi Hijo hace oídos sordos al don de profecía. Niegan la profecía porque no quieren escuchar.
Los discípulos de mi Hijo serán excitados por los responsables de la Iglesia católica en la tierra y acusados de falsos.
Aunque las enseñanzas de mi Hijo nunca han cambiado ellos encontraran fallas en Su Santa Palabra dada a ellos ahora.
Declararán que estos mensajes están en contradicción con la Palabra de Dios.
Debéis, hijos, recordar siempre que mi Hijo nunca podría contradecir a Su Iglesia en la Tierra, porque Él es la Iglesia.
La Verdad sigue siendo la de siempre.
Debes seguir la Palabra de Dios porque la voz de mi Hijo está siendo desechada e ignorada igual que la primera vez.
No permitan que se les niegue el Don de Su Salvación, el último acto de Su Misericordia en la tierra.
Tan paciente ha sido mi Hijo, durante tanto tiempo. La Verdad fue dada a la humanidad en la Pasión de mi Hijo en la Cruz.
Se reforzó a través de todas aquellas almas elegidas que fueron iluminadas por el poder del Espíritu Santo a lo largo de los siglos.
Ahora ha llegado el momento de que mi Hijo venga de nuevo y sólo aquellos que reconozcan Su voz, debido al Don del Espíritu Santo, seguirán Sus instrucciones.
La Iglesia, al igual que hicieron durante el tiempo de mi Hijo en la tierra la primera vez, rechazará Su palabra mientras se prepara para Su Segunda Venida.
No lo reconocerán ni lo aceptarán.
No han aprendido nada.
Rezad para que aquellas almas valientes dentro de la Iglesia que sí reconocen Su voz, tengan el valor de conducir a todos los hijos de Dios a la vida eterna en este momento crucial de la historia.
Tu querida Madre
Madre de la Salvación