lunes, 24 enero 2011 22:00
Volume 1mala concienciatentaciónoración de perdónconsecuencias del pecadooración personalpenitenciapapel del ayunoEucaristíaConfesióntáctica de satanásEl amor de DiosHoy, Mi amada hija, finalmente has comprendido los peligros que representa el engañador, cuando bajas la guardia. La oración a Mi Padre Eterno, a través de la Coronilla de la Divina Misericordia, es importante para santificar tu alma.
El pecado, Mi amada hija, es difícil de evitar. Es más difícil alcanzar Mis gracias especiales que evitar el pecado en cualquier forma. Cuando has sido llamada a hacer este sagrado Trabajo, siempre serás un objetivo del maligno, que se propone en cada oportunidad, crear negatividad en tu vida. Utilizará a los que te rodean como medio de ataque, por eso debes estar siempre en guardia contra él. Nunca le dejes ganar, porque cuando lo hace consigue infestar las almas y causa un terrible dolor, angustia y sufrimiento. Provoca la desintegración de amistades, confusión, desesperación, e infunde falsos pensamientos en las mentes de sus objetivos. Entonces, cuando Mis hijos se sienten culpables de su propia debilidad, por haber sucumbido a la tentación, experimentan una forma de desdicha que trae desesperación, miseria y distracción a sus vidas.
Hijos míos, siempre tendréis la tentación de pecar. La perfección de vuestras almas es extremadamente difícil de alcanzar y requiere una tremenda disciplina y determinación por vuestra parte. Si y cuando caigáis presa de la seducción del maligno y cometáis pecado, debéis inmediatamente orar de corazón y buscar el perdón.
La confesión regular es un sacramento muy incomprendido. Sólo mediante la asistencia semanal al confesionario puede tu alma permanecer en estado de gracia. Cuando tu alma se santifique de esta manera y a través de la oración diaria, sólo entonces podrás mantener a raya al engañador.
La culpa del pecado
Si sufres culpa como resultado de una acción pecaminosa, independientemente de lo grave que sea la ofensa a los Ojos de Mi Padre, no te inquietes. Da marcha atrás, abre tu corazón y pide perdón. La culpa es un sentimiento negativo. Y aunque sirve para orientar tu conciencia, no es sano permanecer en ese estado. Pide las gracias, a través de la oración, para alcanzar la pureza de alma necesaria para servirme. La paciencia es importante. Nunca dejes que el pecado te aleje de Mí. La culpa nunca debe interponerse en la búsqueda de la redención.
Recordad, hijos, que a causa del pecado original, siempre caeréis víctimas de la tentación del maligno. Es a través de la oración, el ayuno y la dedicación a la Sagrada Eucaristía como os acercaréis más a Mí. Esto requiere tiempo, que hay que reservar.
Id ahora, hijos Míos, y recordad una cosa: nunca tengáis miedo de volver a Mí cuando hayáis pecado. Nunca os avergoncéis de pedir perdón cuando estéis verdaderamente arrepentidos. Pero recordad también que cuando no lo hagáis, atraeréis al engañador una y otra vez y vuestra alma se sumirá en la oscuridad. La oscuridad atrae a la oscuridad. La luz atrae a la luz. Yo Soy la Luz.
Volveos a Mí ahora y dejad que Mi Amor brille a través de vuestras pobres almas perdidas. Os amo tanto, hijos Míos, que cuando volvéis vuestros corazones hacia Mí, por mucho aislamiento que sintáis, nunca seréis rechazados.
Vayan en paz y amor,
Tu Divino Salvador
Jesucristo