Aquellos que Me son leales serán llevados, en un abrir y cerrar de ojos, sin sufrimiento, al Nuevo Cielo y a la Nueva Tierra

Mi querida y amada hija, de nuevo, debo decir a todos los hijos de Dios que no se sientan preocupados o asustados por los acontecimientos venideros.

Toda la humanidad será pronto testigo de Mi Misericordia y muchos, aunque arrepentidos de sus pecados, no Me temerán.

En cambio, sus almas serán inundadas con Mi Amor Divino. Mi Luz irradiará a través de sus cuerpos y se regocijarán.

El tiempo para la Nueva Era de Paz trae tremenda alegría y emoción para aquellos que reconocen Mi Mano de Misericordia.

Cada pecador está invitado a vivir la Vida Eterna y no debe alejarse porque está confundido. Mi Era de Paz será una nueva Tierra, donde doce naciones gobernarán, bajo Mi Guía.

Vivirás en paz, amor y armonía. El entorno natural que ves hoy en la Tierra palidecerá cuando lo compares con el mundo que te espera.

Para aquellos preocupados o temerosos por su familia o seres queridos - tráiganlos con ustedes a Mi maravilloso, Nuevo Paraíso.

Reza por ellos y Yo les daré Gracias especiales para que reciban el Don de reconocer Mi Amor.

Este es el mayor deseo de Mi Padre, ver la maravilla, la alegría y el amor, brillar a través de cada uno de Sus preciosos hijos cuando Él desvele el Nuevo Paraíso.

Te reunirás con tus seres queridos que murieron en estado de Gracia y que resucitarán de entre los muertos.

¿Por qué no creer en tal Regalo? Cuando confíes en Mi Promesa de volver, entonces sentirás paz.

Todo lo que pido es que te prepares a través de la oración. Cuando reces por Grace y por los demás, todo irá bien.

Mi Misericordia es tan grande que pocos fallarán en reconocer Mi Promesa Divina de reunir a todos los hijos de Dios y llevarlos a casa y lejos de las garras de Satanás y sus ángeles demonios.

La Verdad de Mi Reino será vista incluso por ateos que estarán sorprendidos, sin embargo, su incredulidad en la mayoría de los casos se convertirá en humilde amor y aceptación. Aunque muchos tiempos difíciles se avecinan ninguno será tan duro que no puedas superarlos, a través de tu amor y devoción a Mí, tu Jesús. Por favor no permitas que el miedo se interponga en el camino de aceptar, con alegría, el Regalo de Mi Nuevo Paraíso.

Aquellos que Me son leales serán llevados, en un abrir y cerrar de ojos, sin sufrimiento, al Nuevo Cielo y a la Nueva Tierra.

Lo que debería preocuparte, son aquellos pecadores endurecidos que no Me pedirán perdón, que rechazarán Mi Mano y que, en cambio, se aferrarán a sus malos caminos.

Necesitan sus oraciones.

Reza mucho por la salvación de sus almas.

Tu amado Jesús