lunes, 16 abril 2012 18:00
Volume 2año 1967fin de los tiemposVaticanoherejíacambios en la Iglesiacambios en los ritoscambios en el rito de la Santa Misaguía de DiosIglesia - el Cuerpo de CristoBenedicto XVICrucificciónel Falso Profetasacramentostáctica de satanásEspíritu Santoalbañileríafalsa doctrinacismaMi muy querida hija, llamo a todos los hijos de Dios y les aseguro que Yo, su amado Jesús, nunca podría socavar Mi Propia Iglesia.
Sin embargo, no me quedaré de brazos cruzados viendo cómo se desintegra Mi Iglesia, de la mano de una secta particular, que no tiene derecho a desempeñar un papel en la Santa Sede.
Pues eso es precisamente lo que intentan hacer el falso profeta y los impostores que idolatran a Satanás. Quieren derribar la Iglesia católica y romperla en pedacitos.
Así, hijos míos, es como Satanás se levantará en rebelión final contra Dios, el Creador de todas las cosas.
Este malvado plan para destruir Mi Iglesia ha estado en marcha durante 100 años, pero, desde 1967, se ha intensificado.
Muchos impostores, miembros de esta secta maligna, que adoran a Satanás, entraron en los seminarios para hacerse un hueco en el Vaticano.
Sus poderes, aunque permitidos por Dios Padre, estaban restringidos hasta ahora. A medida que se acerque el fin de los tiempos eso cambiará.
Esta secta maligna desatará ahora todo su poder para asegurarse de elegir un nuevo sustituto de Mi Santo Vicario, el Papa Benedicto XVI.
Todos aquellos que conozcan Mis Enseñanzas verán cambios en el rezo de la Santa Misa.
Se introducirán nuevas leyes seculares que serán una afrenta a Mi muerte en la Cruz.
Muchos devotos seguidores Míos verán esto y se sentirán heridos. Sus puntos de vista serán desestimados y muchos Sacramentos dejarán de ofrecerse.
Por eso se necesita mucha preparación.
Para aquellos católicos, que se sentirán heridos y consternados, por favor, recuerden que Yo Estoy aquí.
Clama a Mí, tu amado Jesús, y sabe que no debes tener miedo de proclamar la Verdad de Mis Enseñanzas.
No debes tener miedo de dar la espalda a la herejía.
Yo te guiaré y protegeré en tu viaje y tú serás guiado por el Poder del Espíritu Santo.
Tu amado Salvador
Jesucristo