El Cielo y la Tierra se convertirán en uno. Uno no existirá sin el otro

Mi muy querida y amada hija, el tiempo para Mi Reino en la Tierra se está acercando y sólo hay tiempo para que la humanidad capte Mi Misericordia y se arrepienta.

También es importante que Mi Iglesia prepare a su rebaño para la Vida Eterna y aproveche todas las oportunidades para fomentar la reconciliación.

Esta es una época importante del año y debéis dirigiros a Mí, vuestro Jesús, y orar por las Gracias para asegurar que vosotros, Mis seguidores, tengáis la fuerza de convicción para difundir la Verdad de Mi Segunda Venida.

El sufrimiento de la humanidad y el de Mi Padre Eterno y el Mío, Su Hijo amado, está llegando finalmente a su fin.

El reinado de Satanás en la Tierra cesará y Yo tomaré Mi Trono Legítimo.

Mientras Mi Reino, dentro de Mi Iglesia, ha significado que Mi Espíritu ha estado presente con grandes Gracias, ofrecidas a las almas merecedoras, no será hasta que Satanás sea atado que la Voluntad de Mi Padre pueda finalmente ser cumplida.

Ningún hombre comprende realmente lo que es la Vida Eterna.

Ningún hombre comprende plenamente lo que sucederá en Mi Segunda Venida.

Ningún hombre, debido a las limitaciones del entendimiento humano, puede conocer Mis planes para la reunión de Mis doce naciones en la Tierra.

Muchos creen que Mi Segunda Venida es el fin del mundo.

Puede ser el fin de los tiempos tal como los conoces, pero es sólo el comienzo del glorioso futuro planeado por Mi Padre Eterno para todos Sus hijos.

El Cielo y la Tierra se convertirán en uno.

Uno no existirá sin el otro. Los justos vivirán en Mi Nuevo Paraíso y habrá gran abundancia en todas las cosas.

Tanta maravilla nunca puede ser descrita en términos humanos. Gran paz y alegría sentirá cada alma que herede el derecho a formar parte de Mi Reino.

Mi Corazón se rompe cuando veo miedo en vuestros ojos, hijos, cuando me refiero al final de los tiempos.

En su lugar, te pido que confíes en Mi Gran Amor por todos vosotros, y sepas que Mi Promesa es que estarás verdaderamente en casa Conmigo y tus penas serán desterradas para la eternidad.

El Nuevo Paraíso que prometo será revelado a la humanidad muy pronto.

No pierdas ni un solo momento en el miedo. Alégrate. Mira hacia tu futuro.

Confía plenamente en Mí, porque te amo demasiado para defraudarte jamás.

Reza para que todos Mis hijos sean humildes de corazón para aceptar las Llaves del Paraíso.

Tu Jesús