domingo, 29 enero 2012 21:18
Volume 2santa Faustinapreparicion al Wargninga los enemigos de la MisiónGran Milagropersecución de profetasseñales en el cielootras profecíaspaz en el almasobre esta Misiónoración de fortalezaEl amor de DiosDivina MisericordiaLa estancia de Jesús en la TierraYo, vuestro Jesús, deseo informar al mundo que Mi Divina Misericordia está por realizarse, como fue revelado a Mi hija Helena, Santa Faustina.
Este misterio será revelado, cuando todos sean testigos de la manifestación final de Mis Rayos de Misericordia, para la salvación de la humanidad.
Los que se burlan de ti, hija Mía, y dicen que este misterio ya ha sido revelado al mundo, deben saber esto.
¿Cuántas personas en el mundo de hoy conocen Mi Promesa de la Divina Misericordia? Muy pocas, incluida tú, hija Mía.
¿No sabían Mis seguidores que Yo volvería para preparar al mundo para este Gran Acontecimiento?
Yo siempre preparo a Mis hijos para tales acontecimientos. Mi Padre Eterno envía profetas al mundo, con un objetivo, darles la advertencia adecuada para que las almas no sean tomadas desprevenidas. Disfruta de este don de profecía. No lo rechacen.
Nunca pienses que lo sabes todo sobre Mis Caminos, porque aunque Me ames, no siempre Me conoces, ni entiendes Mis Caminos.
Para cada uno de vosotros que se burla de Mis profetas, recordad que no es de ellos de quienes os burláis, sino de Mí. Ellos son simplemente los instrumentos.
Ustedes, hijos Míos, nunca deben suponer que realmente Me conocen, porque si así fuera no Me negarían. Sin embargo, hoy, al igual que hicieron Mis discípulos, cuando Yo caminaba entre ellos, ustedes todavía niegan que sea Yo quien los llama hacia Mí.
Me tiendes una mano con la izquierda y me das una bofetada con la derecha.
¿No Me escuchas hablarte ahora? Si no es así, siéntate en silencio y ora a Mí, para que pueda llenar tu corazón cansado, con el Fuego de Mi Espíritu Santo.
Te amo y si Me permites entrar en tu corazón, sin tu armadura de acero, que Me bloquea, te haré libre.
Cuando abras los ojos y veas que soy Yo, tu Divino Salvador, quien te habla, entonces sígueme por el camino del Nuevo Paraíso, con amor y alegría en tu corazón.
No permitas que el maligno siembre dudas en tu mente. Reza para que seas lo suficientemente fuerte, humilde en mente y espíritu, para correr a Mis Brazos.
Sólo cuando vengas a Mí, como un niño, encontrarás verdaderamente la paz en tu alma. Esta es la única manera de permitirme entrar en tu corazón.
Tu amado Jesús