Llamada al Clero: Preparen a Mi rebaño para Mi tan esperada Segunda Venida a la Tierra

Mi muy amada hija, nunca olvides que cuando trabajes para Mí serás perseguida, porque a la humanidad no le gustará escuchar la Verdad, como Yo te la revelo, en estos, los tiempos finales.

Mi Santa Palabra ha sido sofocada durante mucho tiempo, pero ya no será así.

Mi Voz se oirá en todo el mundo. Mi Amor se revelará en toda Mi Gloria y el hombre podrá, finalmente, liberarse de los grilletes del mal, puestos alrededor de sus tobillos, por Satanás.

Como la Verdad penetrará en las almas de Mis hijos, y les traerá la libertad, que han estado esperando durante tanto tiempo, causará, desafortunadamente, división.

Mis amados siervos sagrados, sacerdotes y todo el clero religioso, dentro de la Santa Iglesia Católica, sabed que os amo a todos.

Tantos de vosotros habéis entregado vuestras vidas por Mí, con generosidad de corazón. Ahora necesitaréis apoyaros en Mí.

Debes rezar pidiendo orientación para mantenerte fuerte en tu fe y discernimiento en todo momento.

Nunca apartes tus ojos de Mí, ni por un momento.

Necesito que prepares a Mi rebaño, para darme la bienvenida, durante Mi tan esperada Segunda Venida a la Tierra.

Tendrás que perseverar y no permitir que se disuada tu amor por Mí, por mucha presión a la que te sometan.

Vosotros sois mis verdaderos discípulos y debo exhortaros a que toméis vuestras armas para salvar a Mi Iglesia. Esta misma Iglesia, fundada sobre la Roca, por Mi discípulo amado, Pedro, nunca fallará.

El enemigo puede creer que está destruido, pero sería una suposición tonta.

Nadie destruirá ni podrá destruir Mi Iglesia. De las cenizas se levantará para proclamar Mi Gloria, cuando Yo vuelva para salvar Mi Reino en la Tierra. Nunca debéis abandonarme a Mí, vuestro amado Salvador, jamás.

Porque sin Mí, no hay Luz. Sin Luz, no hay futuro.

Hija mía, doy al mundo esta Cruzada de Oración, para que la recite el Clero Católico.

Cruzada de Oración (22) Iglesia Católica para defender las Enseñanzas de la Iglesia

"Oh mi amado Jesús, mantenme fuerte y la llama de mi amor por Ti encendida, en cada momento de mi día.

Nunca permitas que esta llama de amor por Ti parpadee o muera.

Nunca permitas que flaquee ante la tentación.

Dame las Gracias necesarias para honrar mi vocación, mi devoción, mi lealtad y para defender las Enseñanzas de la Iglesia Católica ortodoxa.

Te ofrezco mi lealtad, en todo momento.

Me comprometo a luchar en Tu Ejército, para que la Iglesia católica resucite en la gloria, para acogerte a Ti, querido Jesús, cuando vuelvas. Amén".

Tu amado Salvador

Jesucristo

Rey de toda la Humanidad