La próxima vida

Mi muy amada hija, estás lista ahora para avanzar y continuar con la tarea de completar Mi Santo Libro de la Verdad. Tú, hija Mía, has estado experimentando la limpieza requerida para darte la fuerza para este Trabajo.

Mis hijos, tan atrapados en este mundo de dos partes, no se dan cuenta de que pronto todo será uno. Las dos partes son la tristeza y la alegría. El dolor existe en el mundo de una manera que causa profunda confusión y desesperación. Es un dolor como ningún otro desde la fundación de la Tierra.

El dolor que se siente hoy se basa en la pérdida, que se ha producido porque nos han quitado cosas materiales. También existe el anhelo de paz en mente, cuerpo y alma. Esto sólo vendrá a través de la humildad, la aceptación y el amor a Mi Padre Eterno. Luego está la alegría. Yo sonrío, con amor, cuando Mis hijos ríen, sonríen y se divierten. Esto es un Regalo Mío. La risa y la alegría es un Regalo importante para la humanidad, una vez que es puro y no a expensas de los demás.

Hijos míos de poca fe, es difícil, lo sé, detenerse y decir "Estoy volviendo a Dios". Tantos de ustedes son inconscientes en cuanto a Quién es el Padre Eterno. Pocos entienden que Él les cuida cada día de sus vidas - todos y cada uno de ellos. El sonríe, ríe y siente una gran alegría cuando Sus hijos son felices. Sin embargo, no ve con buenos ojos a aquellos cuya alegría, o suposición de alegría, se consigue sin amor en sus corazones.

Yo, su Salvador, Jesucristo, los amo a todos ustedes, Mis hijos también. Sin embargo, Yo Soy Uno con Mi Padre Eterno. Os sonrío a todos y espero que volváis a Mí.

Venid a Mí, hijos Míos, como uno solo y avanzad hacia Mí con el corazón abierto.

Para muchos de Mis hijos, los Mensajes, que se refieren a Mi Segunda Venida a la Tierra, infunden miedo en sus corazones. No hay necesidad de temer. Este será un momento de absoluta alegría, gloria y pura felicidad. Porque para todos vosotros, que volvéis vuestros corazones hacia Mí, Yo os sostendré en Mis Brazos y lloraré Lágrimas de Alegría.

Creyentes, por favor, rezad ahora por los que no creen o se han perdido. El granjero que reúne a su rebaño siempre se esforzará por buscar, sin descanso, a los que están perdidos. La dulzura de la victoria que siente, cuando vuelven con su rebaño, es similar a la que siento Yo cuando Mis hijos perdidos vuelven a Mí.

Hijos, incluso durante los momentos de alegría y risa en esta Tierra por favor recuerden una cosa. Esto no es más que un destello de la pura felicidad y alegría que existirá en la Nueva Tierra cuando emerja el Paraíso perdido. Cuando esto suceda, la gente elegida, aquellos que viven buenas vidas, creen en su Creador, se unirán con los muertos resucitados; aquellas personas, amigos y familiares que han pasado de esta vida, se unirán a Mí, en esta nueva eternidad gloriosa. Recuerden niños, es importante no tomar esta Tierra por sentado. Ni asumir que todo en ella está bajo vuestro control, porque no lo está. Mientras continuáis siendo consumidos por sus promesas, decepciones, alegrías y maravillas, recordad que es sólo un lugar temporal, una etapa pasajera, antes de entrar en el Reino de Mi Padre - el Nuevo Cielo y la Nueva Tierra, que se convierten en uno.

Una última llamada, hijos Míos, rezadme, con vuestras propias palabras. Pídanme que los guíe. Pídanme que les muestre el amor y la Verdad de una manera que tenga sentido. No mantengáis la cabeza enterrada en la arena o no disfrutaréis de la gloria de la Nueva Tierra.

Camino vacío hacia la nada
Los hijos que se burlan y Me niegan, te dirán que no hay vida, después de ésta. Permítanme asegurarles que no sólo se están negando a sí mismos el acceso al Paraíso, sino que están eligiendo un camino vacío hacia la nada. En algunos casos, están siguiendo el engaño del engañador - el maligno - que se mueve tan silenciosamente y con una destreza mortal, que ellos, sin creer que existe, le siguen ciegamente, cogidos de su mano, a través de las puertas del Infierno.

Mi Sufrimiento en el Huerto de Getsemaní
Cuando Mis creyentes ven a esta gente pavonearse arrogantemente y jactarse de su ateísmo, sienten un terrible sufrimiento. Ellos, que han tomado Mi Cruz, sienten la agonía que Yo sufrí, durante Mi tiempo en el Huerto de Getsemaní. Aquí es donde supe que, a pesar de que voluntariamente hice el Sacrificio supremo, cuando acepté la muerte como un medio para dar a Mis hijos una oportunidad de ganar un lugar en el Reino de Mi Padre, sabía en el fondo que no haría ninguna diferencia para algunos de Mis hijos. Esta fue la peor agonía y la que Me hizo sudar Sangre. El terror que sentí, por esas almas perdidas, todavía existe en Mí hoy.

Aquellos de ustedes que preguntan - si Tú eres Dios, o Tú eres Jesucristo, entonces seguramente Tú puedes hacer cualquier cosa. Mi respuesta es, por supuesto, excepto por una cosa. Yo no puedo interferir con su libre albedrío dado a la humanidad. Dependerá de Mis hijos hacer su elección final de su propio libre albedrío.

Tu Cristo amoroso
Tu Salvador, Jesucristo