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La posesión demoníaca y el pecado del odio

domingo, 6 noviembre 2011 18:30

Volume 1Cruz de San Benitoposesión diabólicaoración de protecciónagua benditasatanismoCrucificcióntáctica de satanásodioel poder de la oraciónLa tristeza de Dios

Mi querida y amada hija, la gente no entiende que revivo Mi Crucifixión diariamente. El dolor y sufrimiento que soporto es causado por los pecados cometidos por la gente cada segundo del día. Sufro momentos de profundo dolor cuando veo a aquellas almas que Me ofenden grandemente, a través del pecado del odio.

El odio es inculcado en los corazones de muchos y se produce debido a la infestación de Satanás. Mucha gente habla de posesión demoníaca como si fuera fácil de identificar. Muchos de Mis hijos están poseídos por Satanás. Ellos no tienen que ser vistos revolcándose para que una presencia demoníaca este en su lugar.

Él, el enemigo de la humanidad, utiliza a sus demonios para atacar a Mis hijos. Para aquellos que están en la oscuridad se convierten en presa fácil porque atraen la presencia maligna.

Una vez poseídos, niños, es muy difícil arrastrarse lejos. Estos niños desafortunados, a través de la infestación astuta y manipuladora del maligno, luego infectarán a otras almas. Y así continúa.

El mal suele presentarse como el bien. Será difícil de discernir, excepto por esto. El comportamiento y los actos de un alma infestada nunca serán humildes por naturaleza. Nunca serán generosos de corazón. Pueden parecer generosos, pero siempre habrá una trampa. Esta trampa siempre consistirá en exigirte cosas que no te convienen.

Mantente alejado de esas almas. Reza por ellas. No permitas que te arrastren al pecado. Estad siempre alerta ante el engañador, porque está en todas partes en estos tiempos.

Reza siempre para mantener a raya ese mal. La oración debilitará sus garras y su fuerza, además de protegerte.

Piensa en Satanás y en sus obras malignas como en una enfermedad infecciosa. Toma todas las precauciones para evitar entrar en contacto con los portadores de la enfermedad. Si sabes que no tienes elección, ármate con agua bendita, el crucifijo bendito y una medalla de San Benito. Mantendrán a estos demonios a distancia.

Estos son los tiempos, hijos, en que debéis rodearos y rodear vuestro hogar de objetos, que son benditos. Muchos se avergüenzan de ser vistos con tales cosas, por miedo a que se rían de ellos. Estos objetos os ofrecerán protección en vuestro hogar y son un gran consuelo durante la oración.

Recuerda que el demonio no sólo vive en el Infierno, sino que ha establecido firmemente su reinado en la Tierra. La oración es lo único que le aterroriza y le hace impotente.

La oración os sostendrá, hijos, en los tiempos venideros.

Tu amoroso Salvador
Jesucristo


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