lunes, 12 septiembre 2011 12:00
Volume 1oración por los perseguidospersecucióndespués de la Advertenciapreparación para la persecuciónLa justicia de DiosMi querida y amada hija, muy pronto ahora el mundo se detendrá y el período después de La Advertencia cambiará la forma en que el hombre mirará al mundo. Ya no excitarán más los placeres materiales y los excesos. No más, la gente tratará como dioses, a los ídolos que hacen de las celebridades y la riqueza. Ya no serán tan rápidos para condenar o tratar cruelmente a su prójimo.
El nuevo mundo, después de La Advertencia, será un lugar donde el amor por Mí y por Dios Padre será reverenciado con respeto. Muchos líderes en países, no de la fe cristiana, rendirán homenaje a Mi Padre. Aquellos en lugares de poder, que controlan las finanzas de la gente, se arrepentirán, en masa. Muchos más se despojarán de sus capas de poder y compartirán con sus hermanos y hermanas el pan que viene de Dios Padre. Porque este pan es para todos y está destinado a ser compartido por igual.
Muchas cosas buenas se desarrollarán como resultado de La Advertencia. Sin embargo, muchas almas no serán lo suficientemente fuertes en su fe. Ellos, tristemente, volverán a sus viejas costumbres. Seducidas por las promesas de poder, riqueza, control y amor a si mismas, rechazaran a Dios Padre. Ellos conoceran la Verdad, pero aun asi no sera suficiente para ellos. Estos pobres pecadores débiles serán una espina en su costado, hijos. Sin vuestras oraciones sus pecados causarán estragos en un mundo, que habrá sido recuperado durante su nueva purificación.
La oración, hijos míos, es muy importante. Debéis pedir a Dios Padre que acepte vuestra petición de sofocar la persecución, que está siendo planeada por esta gente. Suficiente oración puede, y evitará mucho del horror que estos pecadores tratarán de infligir al mundo. Muchos de ustedes están ciegos al plan que se está tramando a sus espaldas. Las señales se están revelando constantemente, pero ustedes no las reconocen.
Hijos Míos, a medida que vuestra fe crece rezad para que el Espíritu Santo pueda extenderse a estos pecadores y envolver sus almas. Yo, vuestro precioso Jesús, os protejo, Mis amados seguidores. Bajo Mi mandato os ordeno que recéis, no sólo por estas almas caídas, sino para que la persecución de hombres, mujeres y niños ordinarios sea eliminada. Si estos perpetradores, que desafiarán a Mi Padre, continúan aterrorizando a gente inocente a través de los nuevos controles que desatarán en el mundo, serán castigados.
A estos pecadores se les está dando la mayor Misericordia posible desde Mi Crucifixión. Necesitan abrazar La Advertencia, porque esta es la última vez que se les ofrecerá la oportunidad de redención. De lo contrario, se enfrentarán a un terrible castigo. Este castigo, que será traído por la Mano de la Justicia Divina, a través de Mi Padre Eterno, no es deseable. Aunque este Gran Castigo ha sido profetizado, puede ser mitigado a través del poder de la oración.
Tu amado Salvador
Rey de Misericordia, Jesucristo