Dios Padre: el papel del sufrimiento

Yo Soy el Alfa y la Omega. Yo Soy Dios Padre, Creador del hombre y del universo.

Mi preciosa hija, ahora finalmente acepto tu regalo a Mí para ayudar a salvar almas. Tu regalo es aceptado con amor y alegría. Este no será un camino fácil, pero estarás protegida una vez que me pidas Mi ayuda cada día.

Tu sufrimiento será mental y una oscuridad del alma. A medida que empeore, sigue recordándote a aquellas criaturas que se salvarán gracias a tu sufrimiento.

Ve a la Adoración tan a menudo como puedas para ganar la fuerza requerida para este Trabajo. Los Mensajes de Mi amado Hijo continuarán. Deben ser enviados como antes, porque Sus Mensajes al mundo aumentarán, no disminuirán. Ustedes están siendo ayudados por muchos santos que interceden en su favor.

Sigue rezando a la Santísima Trinidad por las gracias necesarias para mantenerte fuerte. Nunca te sientas abandonado, ya que esto parecerá ser parte de tu sufrimiento. Descansa la cabeza. Guarda silencio y aparenta alegría al mundo exterior. Ignora a los que quieren hacerte daño. Más bien, recuerda que es gracias a la Luz Divina que brillará a través de tu alma que sacarás la oscuridad de los demás. Entonces y sólo entonces te darás cuenta del tormento que desgarra el Corazón de Mi Hijo cuando ve el pecado en el mundo. Tu sufrimiento será sólo una fracción de lo que Él sufre cada minuto del día.

Acepta ahora el Regalo que tú también has recibido al ser llamado a convertirte en un alma víctima.

Recuerda, tú, hija Mía, estás en Mi Corazón en todo momento. Yo te cuido y te protejo. Sonríe ahora. No tengas miedo porque este Trabajo traerá grandes recompensas para ti y tu familia y seres queridos, en Mi Glorioso Reino.

Tu amado Padre
Dios Creador de todas las cosas.