Mi cumpleaños es una fiesta muy especial

Mañana, hija mía, es una fiesta muy especial para mí, tu querida Madre, pues es mi cumpleaños.

Mi Corazón se agita de dolor por el abuso, que mi amado Hijo está sufriendo por los pecados del hombre. Sonrío al ver a mis devotos hijos haciendo todo lo que pueden para salvar almas, pero mis lágrimas aún fluyen porque no puedo soportar ver el sufrimiento en tu mundo.

Hija mía, no des la espalda ni un momento a la difusión de los Mensajes de mi Hijo, Jesucristo y Dios Altísimo, porque el tiempo se acaba. Dedica todo el tiempo que puedas a esta Obra. Sigue adelante hija mía. Yo te cubriré con mi Santo Manto en todo momento.

Tu amada Madre
Reina de los Cielos