Madre de la Salvación: las personas eligen su propio destino

Mis queridos hijos vendrá pronto un gran engaño, que caerá sobre el mundo como una cortina. Este engaño casi borrará la Verdad, pero aquellos que son bendecidos con la Luz de la Misericordia de mi Hijo verán las falsedades, que enmascaran la Palabra de Dios.

Desde que el hombre fue creado, Dios no permitirá que Sus enemigos sucumban a tal engaño - un engaño, que tiene un solo propósito. Ese es borrar todo rastro de Dios en su sociedad para que todos aquellos que no provienen de Él sean elevados a grandes posiciones de poder. Dios permite esto como la mayor prueba de la raza humana, para determinar quién está para Él y quién está contra Él.

El mundo ha cometido graves ofensas contra mi Padre Eterno y continúa hundiéndose más profundamente en el pecado mortal. Los siervos sagrados, entre ellos sacerdotes, obispos y cardenales, llevan más de cuarenta años sin enseñar la Verdad a los hijos de Dios. Muchos de ellos no reconocen la existencia del pecado, ni advierten a la gente de los graves peligros que el pecado mortal trae a las almas. Los siervos de Dios tienen un deber y es instruir a los fieles en todas las cosas que son morales y mostrar a las almas los peligros de no vivir una buena vida. Ya no se habla del pecado como del mayor enemigo, que hace que el hombre se separe de Dios.

Hijos, Dios no desea causar miedo, pero nunca debéis caer en la tentación de creer que el Infierno no existe, porque sí existe. La gente elige su propio destino y aquellas almas, que no piden a Dios que les perdone sus pecados, encontrarán muy difícil entrar por las Puertas del Reino de mi Hijo.

Debes aferrarte siempre a la Verdad. Dios ha revelado la Verdad a través de Sus Profetas. No le des la espalda a la Verdad porque si lo haces, abrazarás la falsa doctrina y, erróneamente, creerás que te abrirá las puertas de tu herencia.

Tantas personas están siendo engañadas y creen que una vez que se ocupan del bienestar material de los hijos de Dios, entonces esto es todo lo que importa. Cuidad vuestras propias almas, queridos hijos, porque tenéis una y durará toda la eternidad, tanto si residís con mi Hijo en Su Reino como si sois expulsados de Él. Nunca descuiden sus propias almas o les será difícil unirse a mi Hijo.

La Verdad vivirá para siempre, ya que es la Palabra de Dios. Nunca puede cambiar.

Tu querida Madre,

Madre de la Salvación.