Truenos y relámpagos descenderán sobre el Templo del Señor

Mi querida y amada hija, cuando Dios dio al mundo la Verdad, a través de los profetas, fue un Acto de Misericordia de Su parte. Tantos se habían olvidado de Dios, adoraban a falsos dioses -que provienen de la jerarquía de Satanás- que empezaron a creer en su propia invencibilidad. Si no hubiera sido por la Intervención de Dios, muchas personas habrían sufrido un terrible castigo.

Lo que Dios dijo a los profetas, desde el principio, sucedió. Las advertencias que Él dio a la humanidad resultaron en que aquellos que las escucharon fueron salvados, mientras que aquellos que las ignoraron fueron desechados. Todo lo que ha sido predicho sucederá, y aquellos que se oponen a Dios en Sus intentos de traer paz y salvación a Sus hijos tendrán que dar cuenta de su desafío. Debido a que la Verdad ha sido tergiversada y la Palabra de Dios ignorada, la gente continuará dándole la espalda a la Santa Palabra de Dios. Su descenso a las tinieblas resultará en un castigo por parte de Dios, el Altísimo.

Duele a Mi Padre Eterno ver las profundidades a las que el hombre ha caído en la búsqueda de cualquier cosa que le traiga placer. Pero, el día en que el Santo Sacrificio termine, y la hora en que los impostores profanen Mi Altar, será la espina final por la que atravesarán Mi Costado. A la hora señalada, truenos y relámpagos descenderán sobre el Templo del Señor y se derrumbará. Ay del hombre que participe en este sacrilegio porque se le cortará todo indulto y caerá en el abismo como una piedra. Nadie defenderá entonces al hombre que profane Mi Altar, porque una vez que la Mano de Dios descienda como una pesada hacha, se darán cuenta de la Verdad.

Puede que muchos se hayan alejado de Dios pero, en su mayoría, muchos seguirán llamándole buscando consuelo en Sus Brazos. Pero, existirá un núcleo - una banda de bestias - cuya apariencia externa disfraza la maldad, que yace en su interior, quienes instarán, seducirán y atraerán hacia ellos a las almas cuyos corazones endurecidos los han convertido en los cohortes perfectos en el complot para profanar Mi Cuerpo. Este es el grupo, predicho hace mucho tiempo, que intentará destruir a la humanidad. Su poder será limitado, sin embargo, aunque pueda parecer grande. Mi Padre sólo permitirá tanta oposición contra Mí, Su Hijo Unigénito, durante tanto tiempo.

Los buenos de corazón se unirán y vendrán a Mí. Es a través de los pecados de orgullo y arrogancia que se creará la mayor división entre los hombres y, a menos que desechen sus debilidades, les resultará imposible aceptar Mi Misericordia.

Hay que defender la Verdad, porque si aceptas cualquier cosa menos la Verdad -la Palabra de Dios- acabarás sin nada.

Tu Jesús