lunes, 8 diciembre 2014 17:30
Volume 5hermano regalará hermanoJudasNuestra Señora Protectoratraición a Jesústraición del cleroRosario diariotraiciónMadre de la Salvaciónel poder de la oraciónguerrastrastornoel aplastamiento de la cabeza de la serpienteMis queridos hijos, cuando oigáis rumores de nuevas guerras en los lugares más inesperados, debéis ser conscientes de que las profecías contenidas en el Libro del Apocalipsis están sobre vosotros.
Cuando el orden natural de la tierra y el comportamiento de la raza humana caiga en desorden, en los cuatro rincones del mundo, entonces este será el momento de prepararse. Todas estas cosas deben ocurrir en el bastión final contra todo lo que es malo, que surge de la infestación malvada del maligno.
El hombre se volverá contra el hombre, la gente se tratará cruelmente, sin una pizca de remordimiento, y cada uno traicionará la confianza del otro. Tal es el resultado cuando el amor, que viene de Dios, disminuye en los corazones de la humanidad. Incluso aquellos que creen en Mi Hijo se volverán contra Sus Enseñanzas. Los más cercanos a Él, aunque Le amen, Le traicionarán. Aquellos que Le representan Le entregarán a Sus Enemigos como hizo Judas.
Hay muy pocos lo suficientemente fuertes para levantarse y proclamar la Verdad de la Santa Palabra de Dios. El hombre es débil y es a causa del pecado que no puede llegar a ser completo. Hasta que el pecado sea erradicado, mucho dolor será soportado hasta que mi Hijo venga de nuevo. Hasta entonces, la oración es vuestra única arma contra el poder de Satanás. Rezad, especialmente, mi Santísimo Rosario todos los días, porque tiene el poder de debilitar la fuerza de Satanás y de todos aquellos a los que dirige en la batalla final contra Jesucristo y Su Iglesia en la tierra.
Os digo ahora que yo, vuestra amada Madre, la inmaculada Virgen María, Madre de Dios, os presento hoy un don especial. Se me ha concedido la gracia de convertirme en protectora de la humanidad. A mi protección debéis acudir en tiempos de lucha. Yo os protegeré a cada uno de vosotros que me invoquéis contra la maldad del demonio. Bajo mi protección os aliviaré de los ataques que él infligirá a todo cristiano que intente permanecer fiel a mi Hijo en las pruebas que os esperan.
Mi Hijo me ha concedido el poder de aplastar la cabeza de la serpiente para que pueda acercarte a Él. Acepta mi protección y responderé a todos los que me pidan ayuda.
Mi deber es para con Dios y mi lealtad es para con mi amado Hijo, Jesucristo, que tanto os ama. No hay nada que no haga por mi Hijo y no hay nada que Él no haga para liberaros del dolor y del sufrimiento.
Gracias queridos hijos por el amor que me mostráis pero sabed que yo tomo el amor, que vosotros me dais, y se lo presento a mi Hijo para la Gloria de Dios.
Sigo siendo un humilde servidor de Dios.
Tu querida Madre
Madre de la Salvación