domingo, 16 noviembre 2014 20:10
Moisésdesacuerdopromiscuidad sexualla fuerza de Satanásmentiras de satanasBibliaaceptación del pecadopecados de la carnepecar contra el Espíritu SantoodioguerrasLa verdad de DiosMandamientos de DiospromiscuidadMi querida hija, Satanás es el rey de la mentira, el maestro del engaño y vaga libremente por la tierra, devorando almas a cada segundo. Su poder es alimentado por el hecho de que la mayoría de la gente no cree que existe. Se ha apoderado de los corazones y las almas de muchos y así es como trabaja.
Dice mentiras a aquellos a los que infesta, para animarles a pecar. Convencerá al alma de que el pecado es inofensivo y que es aceptable cometer cada pecado, que está especialmente asociado con él. Estos pecados incluyen justificar cada acto perverso de la carne incluyendo promiscuidad sexual; inmoralidad; libertinaje y decadencia. Cuando el cuerpo humano es usado como vehiculo para cometer tales actos, los cuales son vergonzosos a los Ojos de Dios, sabras que esto es un signo de influencia satanica.
Cuando el maligno influye en las almas de los encargados de la dirección espiritual de las almas, en Mi Iglesia, para fomentar la aceptación del pecado, lo hace de una manera astuta. Serán amonestados por juzgar al pecador, pero ni una palabra será pronunciada para condenar el pecado, a los Ojos de Dios.
Cuando Satanás quiera destruir el amor, lo hará causando discordia en las relaciones; creará odio en los corazones del hombre llenando su cabeza de mentiras, lo que anima al hombre a luchar entre sí mediante conflictos y guerras. Tentará al hombre, a través de la influencia de otras almas, que ya han sucumbido a sus tentaciones
Las mentiras, las blasfemias y el odio son los medios por los que Satanás trabaja para extender su infestación. Adormece a las almas en una falsa seguridad, cuando un hombre le dice a otro que el pecado no va contra las Leyes de Dios, porque es algo natural. Los hijos de Dios, por lo tanto, se confunden mucho, porque las leyes establecidas por Él han sido desarraigadas y la gente está indecisa en cuanto a qué camino debe tomar.
Sólo tienes una opción. Lea la Sagrada Biblia y recuerde la Verdad. Está ahí para que la leas en blanco y negro. Si aceptas la Verdad contenida en el Libro Sagrado de Mi Padre, y crees que El dictó a Moisés, Sus Diez Mandamientos, entonces nunca debes aceptar ninguna otra doctrina.
Dios nunca dictaría otra doctrina porque Él dio al mundo Su Palabra. Nada en ella puede ser cambiado. El hombre que se atreva a cambiarla, para adaptarla a la vida de los pecadores, será culpable de un terrible pecado y sufrirá por esta afrenta al Espíritu Santo.
Tu Jesús